Cardiología

Procesos inflamatorios en el miocardio.

Las enfermedades inflamatorias del miocardio representan el 3-5% de todas las patologías cardíacas y una quinta parte de las lesiones no isquémicas. La aparición generalizada de miocarditis se debe a una disminución en la resistencia del cuerpo a las infecciones virales y bacterianas, el uso de medicamentos cardiotóxicos. El cuadro clínico de la enfermedad es polimórfico y se caracteriza por la ausencia de síntomas específicos. La peculiaridad de la patología provoca una terapia intensiva en el período agudo, que se lleva a cabo para evitar las consecuencias.

Sustrato fisiológico y morfológico de los cambios inflamatorios en el miocardio.

La estructura del tejido del corazón está representada por tres membranas principales:

  • externo (pericardio, "bolsa de corazón");
  • músculo medio (miocardio);
  • interno (endocardio, que está representado principalmente por el aparato valvular).

Las fibras musculares de la capa media se diferencian de los músculos esqueléticos por la presencia de conexiones, lo que asegura la contracción de todo el corazón durante la conducción de impulsos. El riego sanguíneo a las células lo realizan los vasos coronarios, que son las vías de penetración de los agentes inflamatorios (virus, toxinas bacterianas).

La inflamación del músculo cardíaco causada por una infección viral se desarrolla como resultado de la penetración de ARN (o ADN) en la fibra con la multiplicación adicional de patógenos. La acumulación de partículas antigénicas en la célula interrumpe los procesos metabólicos, cambia la arquitectura del tejido y también conduce a un trastorno en la coordinación de la función contráctil del corazón.

Por otro lado, la respuesta inmune a la penetración del agente también puede causar daño miocárdico debido a la influencia de citocinas y anticuerpos de reacción cruzada. Este mecanismo conduce a una función contráctil alterada y una remodelación de las cámaras del corazón.

El mecanismo de reacción cruzada es que la estructura antigénica de las partículas virales o bacterianas imita la estructura de los cardiomiocitos. Por tanto, la acción de los anticuerpos se dirige tanto a las bacterias como a su propio tejido.

Patologías que provocan inflamación del músculo cardíaco.

El desarrollo de miocarditis suele ser el resultado de una patología generalizada o efectos tóxicos difusos de los productos químicos.

Las enfermedades más comunes que causan inflamación del corazón son:

  • patologías bacterianas: escarlatina, infección meningocócica, fiebre Q, clamidia, difteria, dolor de garganta estreptocócico, enfermedad de Lyme, fiebre tifoidea;
  • invasión de protozoos: tripanosoma, toxoplasma, malaria plasmodium;
  • patologías virales: Coxsackie, influenza, herpes, citomegalovirus, arbovirus, coronavirus. El virus de la rubéola durante el embarazo causa miocarditis en la madre y anomalías cardíacas en el recién nacido;
  • infecciones por hongos: aspergilosis, criptococosis, histoplasmosis;
  • patologías parasitarias: brucelosis, triquenelosis;
  • estados carenciales: falta de fósforo, magnesio, calcio;
  • patologías sistémicas del tejido conectivo (esclerodermia), tiroiditis;
  • reacciones alérgicas después de usar sueros y vacunas, picaduras de insectos y reptiles;
  • tomando medicamentos: antibióticos (penicilina, tetraciclina), antidepresivos, paracetamol, medicamentos contra la tuberculosis.

El alcohol, la cocaína, los compuestos de arsénico, el plomo, el monóxido de carbono, así como la exposición prolongada a altas temperaturas y radiaciones ionizantes tienen un efecto cardiotóxico.

Algoritmo para el tratamiento de disfunciones inflamatorias del miocardio.

Los tratamientos conservadores para la inflamación del músculo cardíaco incluyen medicamentos y pautas generales.

Estos últimos incluyen reposo en cama estricto durante un mes, que se prescribe para prevenir el desarrollo de complicaciones. Se recomienda una dieta con cantidades suficientes de micronutrientes (Calcio, Magnesio, Fósforo) y limitando la ingesta de sal y agua.

El nombramiento de medicamentos farmacológicos depende de la gravedad de la patología, así como de los síntomas existentes de inflamación del músculo cardíaco.

La terapia etiotrópica con antibióticos, agentes antiprotozoarios o antivirales se prescribe después de la confirmación de laboratorio de la causa subyacente de la miocarditis.

La terapia no específica implica el uso de:

  • medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): nimesulida (100 mg 2 veces al día), meloxicam (15 mg al día);
  • preparaciones enzimáticas - Wobenzym (5-10 tabletas 3 veces al día);
  • fármacos antiarrítmicos (con palpitaciones, interrupciones en el trabajo): Bisoprolol, Carvedilol;
  • agentes metabólicos que mejoran los procesos metabólicos en el miocardio: Mildroonat (250 mg 3 veces al día), Trimetazidina (20 mg 3 veces al día);
  • inhibidores de la enzima convertidora de antiotensina (inhibidores de la ECA): para la prevención de la remodelación cardíaca: captopril, lisinopril.
  • diuréticos (diuréticos) cuando aparecen signos de insuficiencia cardíaca y estancamiento: Veroshpiron, Furosemide.
  • anticoagulantes: para la prevención de complicaciones tromboembólicas: warfarina.

En el caso de un proceso inflamatorio pronunciado, el médico tratante decide el nombramiento de glucocorticoides e inmunosupresores.

Conclusiones

El desarrollo de procesos inflamatorios en el miocardio es una complicación frecuente de procesos infecciosos o patologías asociadas a la síntesis de inmunocomplejos. El cuadro clínico de la enfermedad se acompaña de fatiga, fiebre alta y dolor sordo en la región del corazón. La confirmación del diagnóstico se lleva a cabo registrando un electrocardiograma y pruebas de laboratorio. Un inicio temprano de la terapia adecuada promueve la recuperación completa y evita la cronización del proceso.