Cardiología

Pulso y presión bajos: ¿qué significa esto y cómo proporcionar los primeros auxilios correctamente?

Cualquier cambio en el cuerpo, incluidas las fluctuaciones en la presión arterial (PA) y el pulso, puede ser una condición transitoria o ocurrir en el contexto de ciertas enfermedades. Si en el primer caso son asintomáticos con mayor frecuencia, en el segundo están plagados de consecuencias desagradables y requieren atención médica inmediata.

¿Por qué una persona puede tener un pulso raro y presión arterial baja?

La hipotensión (una disminución de la presión arterial de menos de 90/60 mm Hg) es causada con mayor frecuencia por una disminución en el tono de las paredes vasculares o una disminución en la cantidad de sangre circulante. La adición de bradicardia a esta condición (pulso de menos de 60 latidos por minuto) es típica para grupos de población:

  1. Personas que son físicamente activas. El corazón obedece las leyes de la física, como todo lo que lo rodea, por lo tanto, cuando se libera una gran cantidad de sangre a la vez, el pulso y la presión aumentan. Como resultado de un esfuerzo prolongado, puede ocurrir una afección como el corazón de un bovino (un aumento en el tamaño de un órgano), lo cual es muy típico de los atletas profesionales. Un cambio patológico en su forma puede ser fatal, debido a esto, las personas que se han involucrado diligentemente en el deporte no pueden darse el lujo de dejar de entrenar abruptamente, ya que el sistema vascular ya se ha adaptado a cargas pesadas.
  2. Pacientes de edad avanzada. Con los años, nuestro cuerpo se debilita, por lo que puede haber una disminución en la liberación de sangre del miocardio debido a la insuficiencia cardíaca.
  3. Aquellos que han sufrido hipotermia. Las bajas temperaturas adaptan nuestro cuerpo a un consumo reducido de oxígeno, por lo que el ritmo se ralentiza y la frecuencia del pulso disminuye. Pero la mayoría de las veces esta condición es temporal y pasa con el calentamiento del medio ambiente.
  4. Mujeres embarazadas. El embarazo es una reestructuración del cuerpo y un estrés crónico para él. Un feto agrandado o una posición incorrecta para dormir pueden provocar un deterioro del bienestar, por ejemplo, cuando la vena cava inferior (que se encuentra en el lado derecho del pecho) se comprime, la presión y el pulso disminuyen. Por lo tanto, no se recomienda acostarse sobre el lado derecho al final del embarazo. Además, la bradicardia con hipotensión puede asociarse con la falta de oxígeno de la madre, lo que afecta negativamente el desarrollo del feto.
  5. Pacientes con enfermedades cardiovasculares. La presión arterial baja y un latido cardíaco raro (bajo) pueden indicar ciertas patologías:
    • defectos cardíacos congénitos en niños;
    • aterosclerosis, inflamación (miocarditis), isquemia o cardiosclerosis postinfarto en adultos.

    En pacientes con hipertensión después de un injerto de derivación de arterias coronarias (CABG), es posible una hipotensión transitoria, que puede afectar el manejo del período posoperatorio.

  6. Pacientes con intoxicación. Un efecto secundario de algunos medicamentos o productos químicos es precisamente una disminución de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Se debe prestar especial atención al cianuro de potasio, fosfatos, betabloqueantes y otras píldoras antihipertensivas, así como a la intoxicación por hepatitis viral, sepsis o uremia.
  7. Personas con función tiroidea alterada. El hipotiroidismo (función orgánica disminuida) conduce a hipotensión y bradicardia, lo que lo distingue del hipertiroidismo, que se caracteriza por taquicardia. Para diagnosticar esta enfermedad, es necesario controlar el nivel de hormonas tiroideas.

Primeros auxilios y acciones posteriores de un paciente con bradicardia e hipotensión.

El algoritmo de acción depende de la frecuencia de aparición de los síntomas, su intensidad y la causa de la presión arterial baja y el pulso bajo frecuente. Cuadro clínico típico: dolor de cabeza, mareos, somnolencia a la mitad del día, pérdida del conocimiento, náuseas; Pueden producirse vómitos, sudor frío, dificultad para respirar, edema.

El tratamiento depende principalmente de la gravedad de las manifestaciones. Esto se puede averiguar yendo a la cita con el médico. La gama de posibles procedimientos de diagnóstico incluye anamnesis, examen objetivo (medición de pulsaciones, presión, evaluación del estado del sistema cardiovascular), pruebas generales (es posible la anemia, que se manifiesta por falta de hemoglobina y eritrocitos), ECG, Monitoreo Holter, radiografía de tórax e investigación adicional dependiente de enfermedades concomitantes.

Si esta condición no le causa ninguna molestia en particular, puede tomar una taza de té verde fuerte con baja presión y pulso bajo. Esto aumenta la presión arterial y tonifica los vasos sanguíneos. Una variedad de tinturas tienen un efecto positivo: ginseng, belladona, eleuterococo.

En el curso crónico, se usan medicamentos: Citramon, tintura de Zelenin.

Hay un sistema de conducción especial en el corazón que asegura la excitabilidad y el automatismo del corazón. Las tasas de contracciones superiores a 60 veces por minuto las proporciona el nódulo sinusal (que normalmente desempeña el papel de marcapasos de primer orden). Con su debilitamiento, la función del marcapasos la realizan las estructuras subyacentes, lo que contribuye a la bradicardia. Con esta patología, la intervención quirúrgica y la instalación de un marcapasos, que proporciona la frecuencia cardíaca del nivel requerido, es adecuada.

No olvide controlar el pulso y la presión durante un ataque, ya que una disminución en la frecuencia cardíaca (FC) por debajo de 40 está plagada de paro cardíaco, por lo tanto, los indicadores inferiores a 50 o la resistencia al tratamiento en el hogar son indicaciones para llamar a una ambulancia.

Condiciones críticas que pueden ir acompañadas de hipotensión y bradicardia:

  • Embolia pulmonar (bloqueo de un vaso por un trombo, que resulta en insuficiencia respiratoria aguda). En tal caso, es necesario realizar una terapia anticoagulante con heparina o sus análogos, terapia trombolítica (estreptoquinasa, alteplasa) y tratamiento de trastornos hemodinámicos y respiratorios. Paralelamente, se registra la capacidad de coagulación de la sangre. Para verificar el diagnóstico, se toman radiografías y se mide el dímero D.
  • Pérdida del conocimiento y colapso (una disminución crítica de la presión arterial, que requiere atención médica inmediata y puede provocar fallas en los órganos internos). En este caso, todo depende del motivo que provocó el ataque. Los primeros auxilios consisten en colocar a la persona en decúbito prono (si aún no lo ha hecho) y levantar las piernas para aumentar el flujo sanguíneo a la cabeza. Además, se pueden administrar medicamentos como cafeína-benzoato de sodio, mezaton, adrenalina. En caso de colapso hemorrágico, es necesario detener el sangrado y comenzar a introducir sustitutos de la sangre, y en caso de uno infeccioso se realiza terapia de infusión, desintoxicación y eliminación del patógeno;
  • Reacciones alérgicas graves (p. Ej., Edema de Quincke). Estas afecciones se detienen con adrenalina o glucocorticoides, según la etiología;
  • Condición durante la anestesia. La hipotensión y la bradicardia son efectos secundarios comunes de la anestesia espinal. Los efectos principales son una precarga cardíaca reducida, que se asocia con bradicardia. Aquí es necesario reducir la profundidad de la anestesia para reponer el volumen de sangre circulante. Los médicos a veces recurren al uso de vasopresores, atropina y antiarrítmicos: artillería cardíaca pesada;
  • Infarto de miocardio. Esta patología requiere atención médica urgente. Durante un ataque, hay un dolor de pecho típico que se irradia al lado izquierdo del cuerpo.El síntoma no desaparece y no se detiene con la nitroglicerina, la persona siente ansiedad y miedo a la muerte.

Otras tácticas son normalizar la rutina diaria, el sueño y el descanso. Eliminar el estrés y la sobrecarga, y la actividad física adecuada, por el contrario, ayudará a mejorar la condición. Debe comer con frecuencia, en pequeñas porciones, beber una cantidad suficiente de líquidos. Se recomienda utilizar algas, mariscos, frutos secos. Una dieta a base de plantas lácteas será útil. El paciente debe limitar el consumo de productos horneados y alimentos grasos.

Conclusiones

Un pulso débil y presión arterial baja es una combinación de síntomas bastante común, que puede ser una condición temporal o un signo de un proceso patológico. Se aconseja a las personas propensas a estas afecciones que se sometan a pruebas para identificar la posible causa y, posiblemente, prescribir el tratamiento adecuado.