Cardiología

Aneurisma de la arteria carótida: síntomas, diagnóstico y tratamiento

Un aneurisma es una protuberancia o distensión de la pared de un vaso sanguíneo. Esta enfermedad puede desarrollarse no solo en la aorta, sino en todas las arterias del cuerpo, incluidas las arterias carótidas. Un aneurisma en la arteria carótida puede estirar y debilitar gradualmente la estructura de la pared vascular, como resultado de lo cual, cuando aumenta la presión, se rompe. Esto puede ocurrir tanto en la región extracraneal (extracraneal) de la arteria carótida, en el cuello, como en la intracraneal, que se encuentra en el cerebro. La rotura de un aneurisma de la arteria carótida es una complicación muy peligrosa de esta enfermedad, ya que conlleva múltiples cambios isquémicos y metabólicos en el cerebro.

Síntomas y clínica de la afección.

El curso de esta enfermedad puede ser asintomático, con pequeñas protuberancias, o aumentar gradualmente debido a cambios estructurales en la pared aneurismática. Los síntomas de un aneurisma de la arteria carótida incluyen:

  • Mareo;
  • zumbido constante en los oídos;
  • dolores de cabeza irrazonables;
  • sensación de fatiga crónica;
  • trastornos del sueño.

Cuanto mayor es el tamaño de la formación aneurismática, más brillantes se vuelven las manifestaciones de los síntomas: el dolor de cabeza se vuelve más frecuente y se intensifica, aparece malestar en la región del tórax, dificultad para respirar y disminución de la agudeza visual. También puede haber ronquera de la voz, alteración de la coordinación, sensación de pulsación vascular en la cabeza.

Los síntomas de la protrusión aneurismática incluyen una imagen de un mini accidente cerebrovascular o ataque isquémico transitorio (AIT). Un AIT es un episodio de mala circulación en el cerebro con síntomas temporales similares a los de un accidente cerebrovascular que pueden incluir alteraciones faciales leves, fatiga excesiva o sueño, debilidad muscular en un lado del cuerpo, dificultad para hablar o dificultad para hablar y mareos. A menudo, el AIT se considera una señal de advertencia de que podría ocurrir un verdadero accidente cerebrovascular en el futuro si no se hace algo para prevenirlo.

Los aneurismas de la carótida pueden formar coágulos de sangre en las arterias que bloquean el flujo de sangre al cerebro. Según un estudio publicado por el Centro Médico de la Universidad de Maryland (UMMC), la trombosis carotídea estuvo presente en el 6.2% del número total de participantes examinados. La trombosis de la arteria carótida puede provocar accidentes cerebrovasculares frecuentes que causan parálisis, daño cerebral o la muerte. El coágulo de sangre también puede desprenderse del aneurisma y viajar al cerebro, lo que posteriormente conduce a un bloqueo de la arteria cerebral.

Un dolor de cabeza severo que comienza repentinamente es un signo característico de un aneurisma roto en la arteria carótida. El dolor es tan intenso que la mayoría de la gente lo describe como "el peor dolor jamás sentido". Un dolor de cabeza extremadamente intenso suele ir acompañado de náuseas y vómitos, entumecimiento del cuello y, en algunos casos, pérdida temporal del conocimiento.

Los síntomas secundarios causados ​​por un aneurisma de la arteria carótida surgen de su presión sobre las estructuras circundantes. Cuando un aneurisma se expande, los nervios y las venas se comprimen, lo que resulta en síntomas como hinchazón y hormigueo facial, entumecimiento en la cara o la boca, pérdida de la voz o ronquera, dificultad para hablar y dificultad para tragar.

Un aneurisma carotídeo no roto puede causar problemas de visión. Puede causar visión borrosa o doble, pupilas dilatadas crónicamente y dolor que se irradia a la frente. Si la arteria carótida se rompe, también puede ocurrir una pérdida temporal de la visión.

Diagnóstico: ¿cómo reconocer y distinguir una enfermedad?

Es necesario diferenciar esta enfermedad con las siguientes patologías: ictus isquémico, síndrome del seno cavernoso, cefalea en racimos, displasia fibromuscular, neurofibromatosis, forma de linfogranulomatosis cervical.

El algoritmo de diagnóstico para el aneurisma de la arteria carótida incluye:

  • datos anamnésicos;
  • Hallazgos en el examen físico (hinchazón palpable en forma de saco en el cuello)
  • Ecografía del cuello. Este estudio sirve para determinar el tamaño y la expansión del aneurisma;
  • angiografía: el estándar de oro para diagnosticar un aneurisma carotídeo;
  • CT de contraste: tiene ventajas tales como una aplicabilidad fácil y rápida; es un método mínimamente invasivo que permite ver cambios en la pared vascular, con un volumen inferior a 1 mm;
  • La angiografía por resonancia magnética es una técnica no invasiva que permite visualizar estructuras vasculares sin necesidad de medios de contraste o radiografías. La MRA puede mostrar porciones trombosadas del aneurisma y características de flujo sanguíneo residual.

Tratamiento y rehabilitación de un paciente con aneurisma de la arteria carótida.

El objetivo del tratamiento del aneurisma es reducir los síntomas y reducir el riesgo de complicaciones. Antes de elegir cualquier método, es importante analizar los posibles beneficios, riesgos y efectos secundarios.

Si el aneurisma es pequeño y no causa ningún síntoma, se elige un manejo expectante con un control cuidadoso de la afección, examen con ultrasonido, tomografía computarizada o resonancia magnética cada seis a doce meses.

Si existe riesgo de complicaciones, se utiliza tratamiento quirúrgico. La intervención quirúrgica implica la resección de la parte de la arteria carótida asociada con el aneurisma y la sustitución del área extirpada con un injerto.

Otra opción de tratamiento quirúrgico es la colocación de un stent endovascular. La operación se realiza en función del tamaño del aneurisma y su ubicación con respecto al resto de ramas de la arteria carótida. El cirujano realiza una punción en la arteria femoral utilizando catéteres para guiar y colocar la endoprótesis cubierta en el sitio del aneurisma. La guía de rayos X se utiliza para colocar un injerto hecho de material artificial en la región de la pared del vaso que sobresale. Luego, el stent se expande dentro de la arteria y se mantiene en su lugar con ganchos de metal en lugar de suturas. La ventaja de este método de tratamiento es reducir el riesgo operativo y acortar el tiempo de rehabilitación del paciente.

La rehabilitación de los pacientes consiste en el control de la presión arterial, el abandono del hábito de fumar, la adherencia a una dieta (reducción de la dieta de grasas, carbohidratos), la toma de medicamentos para diluir la sangre y un esfuerzo físico moderado.

Conclusiones

Entonces, el aneurisma de la arteria carótida es una enfermedad realmente rara que debe tenerse en cuenta al realizar diagnósticos diferenciales de enfermedades con la presencia de una formación pulsátil en el cuello y síntomas neurológicos. Estos pacientes pueden tener quejas como disfagia, dolor de cabeza, dolor de cuello, sensación de presión retroorbitaria, otalgia y síntomas de enfermedad cardiovascular. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son esenciales, ya que las complicaciones cerebrovasculares y la muerte ocurren en el 50 al 70 por ciento de los casos. Pero los resultados satisfactorios del tratamiento quirúrgico convencen de la necesidad de una terapia agresiva de esta enfermedad.