Cardiología

¿Qué hacer en caso de ataques de pánico del VSD?

Los ataques de pánico con distonía vegetativa son una de las manifestaciones más desagradables de esta patología. Esta afección se caracteriza por una disfunción del sistema nervioso y es provocada por muchos factores, incluidos los trastornos hormonales, el estrés, la osteocondrosis y otras enfermedades neurológicas.

Los ataques de pánico ocurren con mayor frecuencia durante las crisis vegetativas y se acompañan de síntomas como una sensación de miedo irracional, aumento de la ansiedad, taquicardia, escalofríos, dolor y dificultad para respirar. El tratamiento de la CIV y los ataques de pánico debe ser integral e incluir psicoterapia, ejercicios de fisioterapia y medicamentos.

Por qué ocurren los ataques de pánico con VSD

Hasta la fecha, los médicos no han identificado una causa específica para los ataques de pánico. Esta es una enfermedad polietiológica, cuyo desarrollo está influenciado por muchos factores. Entre ellos están:

Alteraciones hormonales, por ejemplo, en adolescentes, cuando se produce la pubertad activa, en mujeres durante el embarazo y durante la menopausia. También incluye enfermedades endocrinas.

  • enfermedades crónicas: cardiovascular, osteocondrosis, alcoholismo, neuropatía;
  • trastornos mentales: con mayor frecuencia una variedad de fobias.
  • También debe resaltar los llamados desencadenantes, factores que provocan convulsiones en el contexto de una enfermedad crónica ya existente:
  • estrés psicoemocional;
  • exposición a productos químicos: medicamentos, drogas, contaminantes venenosos;
  • fuerte estrés mental o físico;
  • cambio en el clima o áreas geográficas.
Sin embargo, hay formas en las que los ataques de pánico pueden ocurrir repentinamente, en el contexto de un bienestar completo.

Los síntomas de las convulsiones.

A diferencia de las enfermedades puramente psicológicas, los síntomas de un ataque de pánico con VSD también se acompañan de trastornos autonómicos, es decir, trastornos de la actividad de los órganos internos.

Ciertos desencadenantes provocan la activación de la liberación de hormonas del estrés: cortisol y adrenalina. Como resultado, los pacientes desarrollan ansiedad y algunos trastornos vegetativos. Hay un espasmo de los vasos sanguíneos que conduce a una circulación cerebral deteriorada. Recibe menos oxígeno, que se manifiesta por una sensación de falta de aire. Esto estimula aún más la producción de hormonas del miedo: surge un círculo vicioso.

Miedos y fobias

Al principio, puede haber solo ansiedad menor, pensamientos negativos obsesivos, que luego pueden convertirse en un verdadero horror. A menudo, debido a síntomas específicos, el paciente desarrolla una variedad de fobias:

  • tanatofobia — miedo a morir;
  • insultofobia;
  • miedo a perder la cabeza;
  • claustrofobia - miedo a los espacios reducidos.

Las convulsiones constantes a lo largo del tiempo pueden conducir al desarrollo de depresión.

Trastornos vegetativos

Los ataques de pánico se acompañan de síntomas somáticos:

  • mareo;
  • cardiopalmus;
  • dolor en la región del corazón;
  • asfixia, dificultad para respirar;
  • escalofríos o sofocos;
  • náuseas vómitos;
  • temblores en las manos;
  • sudoración excesiva;
  • entumecimiento, sensación de hormigueo en la piel y otras sensaciones desagradables.

Los signos de un ataque de pánico con VSD pueden durar de 2 a 3 minutos a varias horas. Después de la graduación, generalmente ocurre una debilidad severa.

Atención de urgencias

A pesar de que esta enfermedad no representa ningún peligro para la vida, las sensaciones que surgen de ella son muy aterradoras y desagradables. Cuanto más se asusta una persona, peor se pone. Por lo tanto, la autoayuda tiene como objetivo precisamente restaurar la calma. Deben tomarse las siguientes medidas:

  • controle su respiración. Trate de respirar profunda, tranquila y rítmicamente;
  • trate de distraerse de lo que está sucediendo en su cuerpo. Por ejemplo, mire por la ventana o recuerde algo agradable;
  • abra la ventana para que entre aire fresco;
  • use sedantes como validol o tintura de valeriana. También puedes prepararte un té con menta o bálsamo de limón.
  • tomar una ducha o un baño caliente.

Tratamiento adicional de un paciente propenso a sufrir ataques de pánico.

Como ya se señaló, es necesario tratar la CIV y los ataques de pánico de manera integral. La base, por supuesto, es la terapia con medicamentos. En este caso, se usan los siguientes medicamentos:

  • tranquilizantes: necesarios para combatir la ansiedad, aumento de la emocionalidad;
  • los antidepresivos son fármacos más potentes que ayudan a eliminar la depresión y las neurosis;
  • complejos vitamínicos: le permiten fortalecer el estado general del cuerpo;
  • Fitopreparados calmantes de valeriana, agripalma, con manifestaciones menores de la enfermedad.

La psicoterapia también es una de las principales herramientas. Se utilizan muchas áreas de esta área de la medicina: psicoanálisis, psicoterapia cognitivo-conductual, terapia de grupo.

Una forma eficaz es la fisioterapia, que incluye gimnasia de recuperación, ejercicios de respiración, reflexología y tratamientos de spa.

A pesar del peligro de la enfermedad, no debe recibir tratamiento por su cuenta; los consejos del médico harán que este proceso sea más rápido y mejor.

¿Es necesario realizar ajustes en la dieta y el estilo de vida?

Somos lo que comemos - decían los antiguos. Esto también es cierto para el VSD. Se recomienda excluir de la dieta el café, el té fuerte, las bebidas energéticas y el alcohol, que pueden provocar ataques.

Por otro lado, debes consumir alimentos que sean buenos para el sistema nervioso:

  • mariscos ricos en fósforo y yodo;
  • nueces y aceite vegetal, que aportan fosfolípidos;
  • orejones, dátiles, plátanos: contienen muchos oligoelementos y vitaminas.

Conclusiones

Los ataques de pánico con CIV se consideran una exacerbación muy grave, que deteriora significativamente la calidad de vida del paciente. Sin embargo, esta no es una enfermedad mortal, hay que recordarla y no volver a preocuparse.

La lucha contra la CIV y los ataques de pánico no es tan difícil: no requiere cirugía ni regímenes de medicamentos confusos. En primer lugar, debes darte cuenta de que este problema está en la cabeza. Entonces es necesario cambiar el pensamiento. Otro factor importante es un estilo de vida saludable.