Síntomas del oído

Sangre de los oídos

El sangrado del oído (otorragia) es un síntoma que indica daño a los vasos sanguíneos en los tejidos del órgano auditivo. La aparición de un síntoma patológico puede estar asociada a barotraumatismos, infecciones y procesos hiperplásicos que ocurren en el oído externo y medio. Ignorar el problema en el 35% de los casos es la causa de graves complicaciones que provocan pérdida auditiva y alteración de la coordinación de movimientos.

La otorragia puede ocurrir con el desarrollo de patologías que no están directamente relacionadas con el analizador auditivo. Los principios del tratamiento están determinados por los síntomas concomitantes, el grado de daño tisular y las complicaciones asociadas. Cuando aparece un síntoma alarmante, los expertos recomiendan no retrasar la visita a un otorrinolaringólogo.

Causas

Si un paciente está sangrando por el oído, ¿qué significa esto? Las causas del sangrado de oído se pueden dividir en dos grupos:

  1. postraumático: la aparición de secreción sanguinolenta en el canal auditivo como resultado de un daño mecánico del tejido (barotrauma, trauma craneoencefálico);
  2. espontáneo: sangrado de oído, provocado por el desarrollo de infecciones, cáncer e inflamación crónica.

¿Y si sangra del oído? En primer lugar, es necesario averiguar la causa del síntoma patológico. Para hacer esto, es necesario someterse a un examen por parte de un otorrinolaringólogo, quien podrá determinar el tipo de patología y el curso óptimo de tratamiento con seguridad.

¡Importante! Si se produce una secreción sanguinolenta en el canal auditivo, no es deseable realizar un enjuague automático. Esto puede provocar una mayor irritación de los tejidos e infección del órgano auditivo.

Daños mecanicos

En aproximadamente el 30% de los casos, la sangre del oído aparece como resultado de una violación de la integridad de los tejidos, que se debe a su lesión mecánica. Si se produce un daño menor, la regresión de los procesos patológicos se observa inmediatamente después de detener el sangrado. Sin embargo, en caso de lesión grave, el sangrado puede ser abundante.

Las principales causas del sangrado de oído postraumático incluyen:

  • barotrauma: daño físico a los tejidos del órgano auditivo, provocado por un aumento en la diferencia de presión en las cavidades internas del oído y el entorno externo;
  • lesión cerebral traumática: daño por contacto en el hueso y los tejidos blandos del cráneo, que conduce a la ruptura de vasos grandes;
  • ruptura de la membrana del oído: violación de la integridad de la membrana elástica, que daña la red de pequeños capilares, lo que conduce a la aparición de hemorragias menores;
  • contusión del laberinto: contusión severa en la región temporal, acompañada de otragia, mareos, náuseas, desorientación espacial, etc.

Los oídos suelen sangrar si no se siguen las reglas de higiene. La limpieza del canal auditivo con hisopos de algodón y objetos afilados conduce a una violación de la integridad de la piel. Posteriormente, se produce un sangrado menor en el oído externo.

Infecciones

Los procesos infecciosos e inflamatorios en las membranas mucosas del órgano de la audición contribuyen a la destrucción de los tejidos blandos y al daño de los vasos sanguíneos. La sangre y el pus del oído indican el desarrollo de flora patógena en los focos de inflamación. Cuando se producen patologías del oído, suelen aparecer síntomas acompañantes, como hiperemia, picor, edema tisular, dolor, etc. La supresión prematura de la actividad de los patógenos puede provocar un absceso cerebral, laberintitis o sepsis.

Si el paciente tiene dolor de oído durante mucho tiempo y luego sangra, esto puede indicar el desarrollo de tales patologías:

  • otitis media purulenta: inflamación aguda en la membrana mucosa del oído medio, caracterizada por secreción purulenta con sangre en la etapa perforada de la enfermedad;
  • miringitis: una inflamación infecciosa de la membrana del oído con la formación subsiguiente de vesículas hemorrágicas, al abrirse el oído sangra;
  • candidiasis del oído: micosis oportunista, cuyo desarrollo conduce a daños en la piel y las membranas mucosas del oído;
  • otitis media externa limitada: la formación de forúnculos en la parte membranosa-cartilaginosa del canal auditivo, cuya apertura conduce a la evacuación de secreciones purulentas y sanguinolentas del oído.

¡Importante! La otorragia no siempre va acompañada de dolor, pero la ausencia de dolor no significa que los procesos patológicos no sean graves.

Neoplasias

La proliferación de tumores benignos y malignos conduce a daños en los vasos sanguíneos, como resultado de lo cual la sangre fluye desde el oído. Al detener los procesos hiperplásicos en el órgano de la audición, la condición del paciente es monitoreada no solo por el otorrinolaringólogo, sino también por el oncólogo. Las neoplasias comunes incluyen:

  • El carcinoma de células escamosas es un tumor maligno que se produce como resultado de la división incontrolada de las células epiteliales. Debido a la presión de la neoplasia sobre los vasos sanguíneos, a menudo se extrae sangre del oído;
  • pólipos: una de las complicaciones de la inflamación purulenta lenta en la cavidad del oído, caracterizada por la formación de crecimientos en la superficie del epitelio mucoso;
  • Tumor glómico: un tumor vascular que se localiza en la cavidad del oído medio. La rotura de la neoplasia provoca pérdida de audición, dolor pulsátil y hemorragia profusa.

La sangre de los oídos a menudo se produce como resultado de un tratamiento inoportuno de procesos inflamatorios en los tejidos. Los cambios morfológicos en las membranas mucosas conducen a la interrupción de la mitosis celular y la proliferación de células epiteliales. Posteriormente, aparecen tumores benignos en los focos de inflamación, cuyo crecimiento conduce inevitablemente a daños en los vasos sanguíneos.

Farmacoterapia

Si aparece sangre en los oídos, debe ser examinado por un otorrinolaringólogo. Solo después de un diagnóstico preciso se puede seleccionar el curso óptimo de tratamiento de la patología. En la mayoría de los casos, se utilizan los siguientes grupos de medicamentos para aliviar el síntoma:

  • antimicóticos ("Clotrimazol", "Candibiótico"): inhiben el desarrollo de hongos en forma de moho y levaduras que provocan el desarrollo de candidiasis del oído;
  • Soluciones antisépticas ("Clorhexidina", "Miramistina"): previenen la aparición de flora patógena con daño mecánico a los tejidos del canal auditivo;
  • antibióticos sistémicos ("ceftriaxona", "amoxicilina"): previenen la propagación de la flora bacteriana en los focos de inflamación; utilizado para tratar otitis media purulenta, furunculosis, etc .;
  • Medicamentos antiinflamatorios ("ibuprofeno", "Nise"): contribuyen a la regresión de las reacciones inflamatorias y reducen la hinchazón en los tejidos dañados.

¡Importante! No es deseable usar medicamentos de acción sistémica sin la recomendación de un especialista. Algunos de ellos contribuyen a cambios en la composición química de la sangre, como resultado de lo cual se altera su coagulabilidad.

En los casos en que aparezca sangre en el oído debido al desarrollo de tumores, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico. Para eliminar las neoplasias, se puede utilizar lo siguiente:

  • terapia con láser;
  • electrocoagulación;
  • terapia de ondas de radio;
  • criodestrucción.

La finalización oportuna del curso de la terapia previene la malignidad, que se basa en trastornos en la proliferación celular.