Síntomas del oído

El oído no oye y sordera

La discapacidad auditiva es una disminución parcial (pérdida de audición) o completa (sordera) en la capacidad de percibir sonidos. Según las estadísticas de la OMS, más del 5% de las personas sufren pérdida auditiva discapacitante y pérdida auditiva. Si el umbral de audición es de 26 dB o más, esto indica un funcionamiento deficiente del analizador auditivo. Con sordera completa, el paciente no es capaz de distinguir sonidos con una intensidad por debajo de 90 dB.

¿Qué hacer si el oído no puede oír, pero no duele? En caso de problemas de audición, los pacientes son examinados por un otoneurólogo y un otorrinolaringólogo. Después de determinar el grado de pérdida auditiva, el especialista prescribe métodos de tratamiento conservadores (farmacoterapia, fisioterapia) y quirúrgicos adecuados.

Hipoacusia y sordera

La pérdida auditiva se considera una discapacidad auditiva, en la que es difícil percibir los sonidos y el habla en el rango de 0 a 25 dB. La sordera es una pérdida auditiva caracterizada por la incapacidad de percibir el habla fuerte (más de 25-30 dB) hablada cerca del pabellón auricular. El problema de la disfunción del analizador auditivo ha adquirido especial importancia debido a la prevalencia del fenómeno. Según estimaciones preliminares, más de 350 millones de personas sufren pérdida de audición.

La pérdida auditiva puede ser causada por factores exógenos y endógenos que afectan el funcionamiento del analizador auditivo o partes de él. Existe una clasificación generalmente aceptada de disfunción auditiva, que tiene en cuenta el grado de pérdida auditiva, así como el intervalo de tiempo durante el cual se desarrolló la discapacidad:

  1. pérdida auditiva conductiva: provocada por la aparición de obstáculos en el canal auditivo externo, la cavidad del oído medio o interno, lo que conduce a una conducción deficiente de la señal de sonido;
  2. pérdida auditiva sensorial: se produce como resultado de un daño en el laberinto del oído y los componentes del oído interno;
  3. La pérdida de audición neural es causada por daño a los nervios auditivos.

Una de las causas más comunes de problemas de audición es el uso frecuente de auriculares internos ("de vacío").

En la mayoría de los casos, la disfunción auditiva ocurre en los ancianos, que se asocia con cambios degenerativos en las estructuras óseas de la cóclea y el órgano de Corti. Las primeras manifestaciones de sordera senil (presbiacusia) pueden ocurrir a la edad de 30 años con un ligero debilitamiento de la percepción de sonidos de alta frecuencia.

Causas congénitas de hipoacusia

¿Se hereda la sordera? Según las observaciones de los otorrinolaringólogos, la disfunción auditiva puede estar asociada a factores hereditarios. Los niños en cuyas familias los padres o parientes cercanos padecían sordera, el riesgo de discapacidad auditiva aumenta 3 veces. Las causas congénitas comunes de sordera incluyen:

  • asfixia al nacer;
  • peso críticamente bajo al nacer;
  • el desarrollo de rubéola en una mujer durante la gestación;
  • abuso de citostáticos durante el embarazo;
  • Enfermedad de Gospell (ictericia) en el período neonatal.

A menudo, la sordera hereditaria es causada por trastornos neurosensoriales, que pueden ser no sindrómicos o autosómicos recesivos. En el 50% de los casos, el desarrollo de patología se asocia con la aparición de anomalías en la síntesis de proteínas especiales conexina 30. Un signo del inicio de la disfunción auditiva es la ausencia de respuesta del recién nacido a los sonidos fuertes.

La sordera completa es extremadamente rara, por lo tanto, el diagnóstico y el tratamiento oportunos de la pérdida auditiva contribuyen a la restauración parcial de la audición en los recién nacidos.

La sordera congénita ocurre debido a la intoxicación, provocada por el desarrollo de infecciones en el cuerpo de la futura madre. El desarrollo intrauterino anormal afecta la formación del analizador auditivo, como resultado de lo cual se desarrolla una disfunción auditiva. La influenza, el sarampión, las paperas, la escarlatina y otras infecciones pueden convertirse en provocadores de procesos patológicos.

Causas adquiridas de hipoacusia

Cuando el oído duele y no escucha, esto indica el desarrollo de sordera adquirida, provocada por procesos inflamatorios en el analizador auditivo. Muy a menudo, el problema ocurre con daño al nervio auditivo y las partes principales del oído medio. Las causas más comunes de sordera adquirida incluyen:

  • lesión cerebral traumática;
  • abuso de antibióticos y citostáticos;
  • degradación de las células sensoriales en la vejez;
  • infecciones en la nasofaringe e inflamación crónica en el órgano de la audición;
  • ruido excesivo de dispositivos de audio personales y equipos especiales.

La pérdida de audición funcional a menudo ocurre como resultado de la inmovilización de los huesecillos auditivos, que está asociada con su mineralización. Los cambios patológicos pueden estar asociados con el desarrollo de otitis media adhesiva, serosa y purulenta.

El tratamiento prematuro de los procesos inflamatorios conduce a la destrucción irreversible de los tejidos blandos y óseos, que pueden eliminarse exclusivamente mediante cirugía.

Si tiene problemas de audición, debe buscar la ayuda de un especialista. El alivio oportuno de las reacciones inflamatorias promueve la regeneración de tejidos y la restauración de la función auditiva.

Grados de sordera

Para determinar el grado de sordera, el paciente se somete a un examen audiométrico, durante el cual un especialista determina el umbral de percepción del sonido con alta precisión. En ausencia de patologías, una persona percibe señales de sonido a frecuencias de hasta 25 dB. No distinguir entre sonidos en este rango indica la presencia de disfunción auditiva.

Grados de sordera:

  • Grado 1 (leve): incapacidad para percibir señales de sonido con una frecuencia de hasta 40 dB.
  • Grado 2 (medio): incapacidad para percibir señales de sonido de volumen medio con una frecuencia de hasta 55 dB.
  • Grado 3 (grave): incapacidad para percibir la mayoría de los sonidos con una frecuencia de hasta 70 dB.
  • Grado 4 (muy severo): incapacidad para percibir sonidos fuertes con una frecuencia de hasta 90 dB.

En aquellos casos en que el oído no escucha sonidos, cuya frecuencia excede los 90 dB, se le diagnostica "sordera completa". Sin el uso de amplificadores de sonido especiales, el paciente no puede percibir el habla y los sonidos muy fuertes.

Diagnóstico

Para determinar el curso óptimo de tratamiento para la disfunción auditiva, el otorrinolaringólogo realiza un examen visual y audiométrico del paciente. Por lo tanto, puede averiguar la causa del problema, el grado de daño al analizador auditivo y el umbral de sensibilidad al sonido. Si se pierde la audición en un oído, se puede utilizar lo siguiente para diagnosticar la patología:

  1. otoscopia;
  2. Pruebas de Rinne y Weber;
  3. audiograma de voz;
  4. Tomografía computarizada;
  5. timpanometría;
  6. medición de emisión autoacústica.

Al hacer un diagnóstico, el médico diferencia entre la disfunción del aparato de percepción del sonido (hipoacusia neurosensorial) y la patología del aparato conductor del sonido (hipoacusia conductiva). El análisis comparativo de la conducción ósea y aérea de las señales de sonido le permite descubrir la causa clave de la pérdida auditiva y, en consecuencia, el método de tratamiento óptimo.

Tratamiento conservador

Como regla general, la sordera en un oído es causada por el desarrollo de una enfermedad infecciosa en las partes principales del analizador auditivo. Para el tratamiento de la inflamación aguda y crónica, se utilizan fármacos de acción sintomática y patogénica, que se introducen en el organismo por vía intramuscular, oral o parenteral. En el marco de la terapia conservadora, se puede utilizar lo siguiente:

  • nootrópicos ("Lucetam", "Pentoxifilina"): promueven un mayor suministro de sangre a los tejidos del analizador auditivo, lo que afecta la tasa de regeneración de las células afectadas;
  • antibióticos ("Amoxiclav", "Supraks"): alivian la inflamación purulenta al destruir los patógenos;
  • antihistamínicos ("Furosemida", "Zyrtec"): reducen la hinchazón, lo que contribuye a la evacuación del trasudado de la cavidad del oído;
  • Vitaminas B (Benfotiamin, Milgamma): aceleran la restauración de la vaina aislante de los nervios auditivos, lo que afecta la conducción nerviosa de las señales de sonido.

El tratamiento integral de las patologías del oído implica el uso de fisioterapia, las principales de las cuales incluyen:

  1. terapia con láser;
  2. electrocoagulación;
  3. fonoelectroforesis;
  4. corrientes fluctuantes.

Los procedimientos de fisioterapia normalizan el trofismo tisular, lo que acelera su epitelización en las lesiones.

Cirugía

¿Qué hacer si el oído no puede oír después de someterse a un curso de farmacoterapia? Si se desarrolla una pérdida auditiva persistente, se utilizan métodos quirúrgicos de tratamiento. La cirugía puede restaurar la función auditiva incluso con una pérdida auditiva completa. Para eliminar la patología, se puede utilizar lo siguiente:

  • implantación coclear: una operación durante la cual se instala un sistema electrónico en el laberinto del oído, que proporciona la estimulación necesaria de los nervios auditivos;
  • timpanoplastia: operación para restaurar la ubicación normal de los huesecillos auditivos y la integridad de la membrana del oído;
  • audífono: selección e instalación de un amplificador de sonido adecuado (audífono).

Con la muerte de la mayoría de las células ciliadas responsables de recibir señales de sonido, el tratamiento quirúrgico de la sordera será ineficaz.