Anatomía del oído

La estructura anatómica del pabellón auricular humano.

La aurícula es solo la parte externa del aparato acústico más complejo, con la ayuda del cual una persona adquiere la capacidad de escuchar y distinguir sonidos. El oído, que a primera vista parece tan simple, tiene varios elementos básicos, solo cuyo trabajo bien coordinado e impecable te permite tener un 100% de audición. A su vez, también se dividen en componentes más pequeños, cuando se dañan, surgen problemas tan graves como tinnitus, pérdida de audición e incluso sordera completa. ¿Cómo es la anatomía del pabellón auricular humano?

Estructura general

Es importante comprender que la aurícula es la parte visible más grande del oído, cuya función principal es captar las vibraciones sonoras del entorno. Junto con el canal auditivo externo, forma un tándem, que en medicina se llama oído externo. También realiza una función protectora, evitando que partículas de polvo, suciedad y patógenos entren en el oído.

La estructura de la aurícula es bastante simple. Consiste en tejido cartilaginoso de una configuración compleja, que forma varias protuberancias y rizos, así como la parte inferior grasa de la piel: los lóbulos. La aurícula se une a la cabeza en la región del hueso temporal y se mantiene en su lugar con la ayuda de músculos, que en la mayoría de las personas son rudimentarios y han perdido la capacidad de contraerse.

La forma y el tamaño de las aurículas son diferentes para todas las personas. La oreja externa puede tener una forma redondeada o alargada, lóbulo grande o pequeño, contiguo a la cabeza o sobresaliendo hacia un lado. Esto no afecta la capacidad de escuchar sonidos con claridad.

Curiosamente, las aurículas humanas tienen una estructura individual y una persona puede identificarse con tanta claridad a partir de una huella de la oreja como de una huella dactilar.

La personalización de acuerdo con la estructura de la aurícula es posible debido a la diferente ubicación del tejido cartilaginoso, que forma:

  • rizo: forma el borde exterior de la oreja, ubicado desde la abertura auditiva hasta el lóbulo de la oreja;
  • antihelix: un arco cartilaginoso dentro de la aurícula, que crea su curva;
  • tragus - protuberancia cartilaginosa en la base del hueso temporal;
  • antigus: una protuberancia similar cerca de la abertura auditiva en la base del antihélix;
  • muesca interguscular: una pequeña muesca entre el trago y el antigus.

El rizo de la aurícula se divide convencionalmente en una pierna: la parte que se encuentra cerca de la cabeza desde la abertura auditiva hasta su punto más alto, y la cola, que termina en el mismo lóbulo. En el rizo hay otro rudimento sobrante de origen animal. El tubérculo de Darwin en la aurícula es una formación cartilaginosa más o menos pronunciada que denota la punta puntiaguda de la oreja en los animales.

El antihélix tiene dos capas cartilaginosas delgadas que lo conectan con el rizo: los pedúnculos medial y lateral. Desempeñan el papel de endurecer las costillas, lo que permite que la oreja mantenga bien su forma.

Tal estructura de la aurícula humana proporciona la fuerza y ​​elasticidad de toda la estructura, le permite dormir de lado y usar sombreros sin temor por la integridad de sus oídos.

Inervación y circulación sanguínea.

La sensibilidad del pabellón auricular es proporcionada por las ramas dilatadas de los tres nervios principales: el vago, el craneal y el trigémino. Además, allí se ubican las terminaciones de otros nervios más pequeños. Por tanto, toda la aurícula es muy sensible y los pinchazos en cualquier punto son bastante dolorosos, especialmente en la zona del trago. La perforación, que está de moda en nuestro tiempo, no solo es un procedimiento desagradable, sino que también puede conducir al desarrollo de enfermedades de los órganos internos debido a la irritación constante de las terminaciones nerviosas.

El riego sanguíneo es proporcionado por varias arterias principales: temporal superficial, parótida, occipital y auricular posterior. El lóbulo de la oreja contiene toda una red de pequeños capilares que alimentan el tejido adiposo. Debido a que hay muchos vasos sanguíneos grandes y pequeños en el oído, estos emiten calor fácilmente.

Por lo tanto, es muy importante protegerlos de la hipotermia y la congelación en climas fríos. La piel delicada se irrita rápidamente, se seca y comienza a desprenderse.

Características de la estructura de la oreja.

El hecho de que el pabellón auricular contiene proyecciones de todos los órganos y sistemas más importantes del cuerpo humano se conocía hace muchos años. Este fue utilizado por los curanderos antiguos, actuando con agujas en puntos específicos del pabellón auricular. Este método de tratamiento se llamó acupuntura. Pero eso no es todo: los científicos modernos han ido más allá y han demostrado la conexión entre la estructura de la aurícula y varios rasgos del carácter de una persona, así como su tendencia a diversas enfermedades.

Aquí hay algunas correlaciones bien establecidas:

  • un lóbulo de la oreja alargado y carnoso es un signo de habilidades mentales extraordinarias;
  • un lóbulo de la oreja reducido habla de una mente estrecha, especialmente en combinación con un tubérculo darwiniano claramente distinguido;
  • lóbulo de la oreja arrugado: da una tendencia a las enfermedades cardiovasculares, habla de una circulación sanguínea insuficiente;
  • una pequeña aurícula suele estar en personas de carácter tranquilo y comedido, persistente, en buen estado de salud;
  • un antihélix que sobresale fuertemente habla de un alto nivel espiritual de personalidad, así como de buenas habilidades creativas.

El color de la aurícula también es importante. En una persona sana, es de color carne o blanco rosado. La cianosis indica falta de circulación sanguínea, problemas cardíacos y pulmonares. Las orejas rojas pueden indicar presión arterial alta, nerviosismo y también una tendencia al alcoholismo.

Las enfermedades del oído externo no tratadas generalmente se curan rápidamente y no causan complicaciones.