Cardiología

Graduación de extrasístoles según Lown

Las extrasístoles ventriculares son un tipo de arritmias que se desarrolla como resultado de la aparición de focos de excitación adicionales en el miocardio. Como resultado, aparecen latidos cardíacos irregulares que interrumpen el funcionamiento normal del órgano y provocan un deterioro del flujo sanguíneo. Para fines clínicos de observación del paciente, tratamiento y pronóstico adicional, la clasificación Lown de 1975 de latidos ventriculares prematuros es la más adecuada.

Principio de clasificación

Hay muchos factores que caracterizan a una enfermedad en particular. En cuanto a las extrasístoles, se distinguen los siguientes signos:

  • el número de sitios ectópicos (mono, politópico);
  • forma de arritmia (mono, polimórfica);
  • frecuencia de aparición (rara, moderadamente frecuente, frecuente);
  • localización (ventricular derecho, izquierdo);
  • regularidad de las contracciones (ordenadas, desordenadas);
  • periodicidad (espontánea, regular).

De acuerdo con estos parámetros, se propusieron muchas opciones: según Bigger, Mayerburg. Sin embargo, la clasificación Lown-Wolf resultó ser la más práctica y demandada. La extrasístole ventricular según Lown se determina utilizando las llamadas gradaciones, a cada una de las cuales se le asigna un dígito.:

  • 0 - sin arritmias en las últimas 24 horas de observación;
  • I - no se registran más de 30 arritmias durante una hora de monitoreo, monotópicas y monomórficas;
  • II - más de 30 por hora del mismo tipo;
  • III - aparecen extrasístoles polimórficas;
  • IVa - monomórfico emparejado;
  • IVb - polimórfico emparejado;
  • V: la presencia de taquicardia ventricular (extrasístoles que ocurren más de 3 veces seguidas) es característica.

El uso de gradaciones para el tratamiento de la extrasístole.

Es muy importante indicar el grado de arritmia en la formulación del diagnóstico. Las tácticas de tratamiento que elija el médico dependerán de esto.

Entonces, la presencia de extrasístoles de primer grado en el paciente indica la naturaleza funcional de las contracciones incorrectas que surgen. Alrededor del 60-70% de las personas experimentan un fenómeno similar, y esto se considera una norma absoluta. Lo único que se requiere es una verificación periódica de ECG. Sin embargo, si tiene algún síntoma de patología cardiovascular, debe someterse a un examen adicional, ya que este puede ser uno de los primeros signos de la enfermedad.

Si el segundo grado se encuentra sin alteración hemodinámica, está indicado un tratamiento no farmacológico: autoentrenamiento, psicoterapia, evitación de factores de riesgo. Si hay síntomas concomitantes o se nota la aparición de focos polimórficos (tercer grado), se requiere un curso apropiado de medicamentos antiarrítmicos.

Finalmente, el cuarto, quinto y tercer grado refractarios a la terapia conservadora, especialmente en los trastornos hemodinámicos, requieren tratamiento quirúrgico. En este caso, pueden estar indicadas intervenciones quirúrgicas como la ablación por radiofrecuencia con catéter o la implantación de un marcapasos.

Esta clasificación también se usa para construir un pronóstico. Se consideran los latidos ventriculares prematuros amenazantes de la gradación 3-5 de acuerdo con Lown. Estas son las llamadas arritmias malignas. Se caracterizan por un alto riesgo de muerte súbita. En este caso, el paciente debe ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos.

La localización de los focos también es importante. El pronóstico es menos favorable en presencia de arritmias ventriculares izquierdas.

Extrasístole en el contexto de otras enfermedades cardíacas: el papel de la clasificación.

Cabe señalar que los signos de pronóstico anteriores son correctos solo en ausencia de enfermedades concomitantes como miocarditis, defectos valvulares o enfermedad coronaria. A menudo, ellos mismos son las causas de la aparición de latidos cardíacos irregulares.

Las extrasístoles de los grados 3, 4, 5 pueden provocar alteraciones hemodinámicas importantes. El gasto cardíaco disminuye, el suministro de sangre a los vasos coronarios y al cerebro se deteriora. Todo esto forma un círculo vicioso, que contribuye a una mayor progresión de la enfermedad de las arterias coronarias. Además, la presencia de esta patología es una indicación de un cambio significativo en las tácticas de tratamiento.

En general, la presencia de enfermedad isquémica (especialmente un infarto de miocardio pospuesto) empeora significativamente el pronóstico de un paciente incluso con arritmias de segundo o tercer grado según Lown.

Conclusiones

Los latidos ventriculares prematuros son una enfermedad cardíaca común en la que se altera el automatismo miocárdico. Si las contracciones extraordinarias individuales son de naturaleza funcional y pueden estar presentes en personas sanas, un aumento en la frecuencia y la aparición de varios focos indica un tipo orgánico de lesión.

A efectos de diagnóstico diferencial, pronóstico y elección de tratamiento, se propuso una clasificación de Laun sencilla y eficaz, que se ha utilizado con éxito desde 1975 hasta la actualidad.