Otitis

Etiología y patogenia de la otitis media ampollosa

La otitis media ampollosa es una patología del oído, acompañada de procesos inflamatorios en el oído externo y medio. Este tipo de enfermedad otorrinolaringológica se caracteriza por una inflamación hemorrágica con formación de extravasados ​​en el canal auditivo y la cavidad timpánica. Las pequeñas vesículas serosas con impurezas sanguinolentas se denominan ampollas, de ahí el nombre de la enfermedad. La otitis media es provocada por patógenos virales que ingresan a la cavidad del oído por vía hematógena o por la nasofaringe.

Características de la enfermedad.

La patología del oído en el 90% de los casos es una complicación de enfermedades infecciosas, en particular psitacosis, gripe, sinusitis, etc. Los signos característicos del desarrollo de la enfermedad otorrinolaringológica incluyen erupciones hemorrágicas (toros) localizadas en el canal auditivo y la cavidad timpánica. Están llenos de exudado sanguinolento. A menudo, se forman elementos ampollosos en la membrana timpánica, como resultado de lo cual se desarrolla la meringitis ampollosa.

Como regla general, la otitis media viral es relativamente fácil y benigna, sin causar complicaciones graves. Sin embargo, los síntomas pueden progresar si no prescribe un tratamiento oportuno para la enfermedad. Según la investigación médica, los niños son más susceptibles a la patología del oído, que se debe a las características estructurales de la trompa de Eustaquio y la inmunidad debilitada.

Causas

Los agentes causantes de procesos patológicos en el oído medio son agentes virales en combinación con infecciones de cocos, cuyos representantes son estreptococos, Haemophilus influenzae y otros microbios inespecíficos. A menudo, la flora bacteriana se desarrolla después de una lesión viral del órgano de la audición, lo que conduce a una exacerbación de los síntomas de la enfermedad otorrinolaringológica y a la formación de masas purulentas dentro del canal auditivo y la cavidad timpánica.

Las principales enfermedades que provocan la infección hematógena del oído incluyen:

  • gripe;
  • herpes;
  • sarampión;
  • rubéola;
  • Virus de Epstein-Bar;
  • parainfluenza.

El virus de la influenza juega un papel clave en el desarrollo de la patología, que comienza a progresar cuando la defensa inmunológica se debilita.

Es por eso que este tipo de otitis media a menudo se llama influenza. Debido a las características estructurales de la trompa de Eustaquio, que en los niños es mucho más corta, pero de mayor diámetro, su infección puede ocurrir a través de la nasofaringe.

El riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta con el debilitamiento de la inmunidad general, la diátesis y la tendencia a las reacciones alérgicas.

Manifestaciones clínicas

Con el desarrollo de la enfermedad, los procesos inflamatorios se localizan, por regla general, solo en uno de los dos órganos de la audición. El estado general empeora gradualmente, por lo que es extremadamente raro diagnosticar rápidamente una patología del oído. Los expertos se refieren a los principales síntomas del desarrollo de la otitis media viral:

  • dolor en el oido;
  • la discapacidad auditiva;
  • ruido en los oídos;
  • hipertermia;
  • dolor de cabeza;
  • mareo;
  • hiperemia de la piel en el pabellón auricular;
  • hinchazón del canal auditivo;
  • "Lumbago" en el oído al presionar el trago.

La especificidad de la otitis media ampollosa radica en las peculiaridades de sus manifestaciones locales. En el canal auditivo, la cavidad timpánica y en la propia membrana aparecen pequeñas vesículas, llenas de exudado con impurezas sanguíneas. Al examinarlas de cerca, las vesículas tienen la apariencia de una erupción eritematosa propensa a abrirse espontáneamente. Cuando las ampollas se rompen, el exudado hemorrágico se evacua del canal auditivo.

Si los procesos inflamatorios en la cavidad del oído no se detienen a tiempo, el aparato vestibular será dañado por patógenos virales. Esto está plagado de alteración de la coordinación de los movimientos, mareos, inestabilidad de la marcha y el desarrollo de nistagmo (movimiento involuntario acelerado de los globos oculares).

Diagnósticos

Al hacer un diagnóstico, se tienen en cuenta la historia del paciente, los datos de la otoscopia y los resultados del cultivo bacteriano. Durante un examen visual realizado por un otorrinolaringólogo, se pueden detectar cambios en el estado de la membrana timpánica. Por la naturaleza de la erupción bullosa, un especialista con una probabilidad del 70% puede determinar el tipo de infección que provocó el desarrollo de la patología.

Si es necesario diferenciar la enfermedad otorrinolaringológica, al paciente se le asignan los siguientes tipos de ensayos clínicos:

  1. radiografía de hueso temporal;
  2. diapasones;
  3. timpanometría;
  4. otomicroscopía;
  5. cultivo bacteriano del exudado del oído;
  6. audiometría;
  7. un análisis de sangre para detectar anticuerpos y la presencia de ADN viral.

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad son muy similares a los síntomas del herpes zoster del pabellón auricular, mastoiditis, neuritis, etc. El tratamiento de estas enfermedades es muy diferente del tratamiento de la otitis media ampollosa. Es por eso que, antes de usar los medicamentos, es recomendable ser examinado por un especialista que, después del diagnóstico, podrá determinar el curso óptimo de tratamiento.

¡Importante! La automedicación está plagada de la propagación de lesiones al cráneo, lo que aumenta el riesgo de meningitis y paresia del nervio facial.

Métodos de tratamiento

Los procesos inflamatorios en el oído conducen a una discapacidad auditiva y al desarrollo de complicaciones graves. Además, el síndrome de dolor que se desarrolla en el contexto de una lesión infecciosa de la membrana timpánica prácticamente no se alivia con los analgésicos convencionales. Por lo tanto, la otitis media en etapas avanzadas de desarrollo no se trata de forma ambulatoria, sino de forma hospitalaria.

El tratamiento sistémico y local de la otitis media ampollosa implica el uso de los siguientes grupos de medicamentos:

  • inmunomoduladores ("Immunoriks", "Amiksin"): aumentan la reactividad de la inmunidad general y local, lo que contribuye a la supresión de la flora viral y bacteriana;
  • corticosteroides ("Polydex, Sofradex"): eliminan la inflamación en los tejidos afectados;
  • AINE (Nurofen, Ketonal): alivian la inflamación, la hinchazón de los tejidos y el dolor dentro del oído infectado;
  • ungüentos antivirales ("Aciclovir", "Zovirax"): matan los virus dentro del canal auditivo, lo que ayuda a eliminar los metabolitos y acelerar los procesos de regeneración de tejidos;
  • antisépticos ("Interferón", "Lisozima"): desinfectan la cavidad timpánica, lo que conduce a la muerte de patógenos bacterianos y virales;
  • antibióticos ("Azitromicina", "Cefuroxina"): matan a los microbios patógenos, lo que conduce a la eliminación de la secreción purulenta del oído y una disminución del dolor.

La introducción por goteo de "Prednisolone" y "Gemodez" previene el desarrollo de pérdida auditiva y sordera. La terapia oportuna asegura la rápida eliminación de las principales manifestaciones clínicas de la enfermedad. Ya después de 2-3 días, hay una regresión de las erupciones ampollosas y la desaparición de las molestias en el oído medio y externo. Sin embargo, debe entenderse que solo en el caso de un enfoque integrado para resolver el problema se pueden lograr los resultados terapéuticos deseados.

Terapia pediátrica

El tratamiento de la otitis media viral en niños se lleva a cabo principalmente en un hospital, lo que se debe al curso severo de la enfermedad a una edad temprana. En el contexto de un debilitamiento de la inmunidad a los patógenos virales, una infección bacteriana se une en el 90% de los casos. Por este motivo, el tratamiento se realiza con agentes antibacterianos como Cefuroxima o Ceftriaxona.

Para eliminar la hipertermia, se utilizan agentes antipiréticos suaves, a saber:

  • Calpol;
  • "Vibrucol";
  • Panadol;
  • "Mexalen";
  • "Dofalgan".

¡Importante! Se desaconseja enfáticamente el uso de "Aspirina", "Phenacetin", "Antipyrine" o "Analgin" como antipiréticos en la terapia pediátrica.

En caso de acumulación de una gran cantidad de pus en la cavidad timpánica, el otorrinolaringólogo puede realizar una paracentesis, es decir, punción de la membrana. Esto ayudará a evacuar el pus y aliviar los síntomas de la enfermedad. Este procedimiento no conlleva hipoacusia debido a la buena capacidad regenerativa del tímpano.

Acciones preventivas

Para prevenir el desarrollo de patología y complicaciones del oído, se deben seguir varias reglas simples pero importantes:

  • evitar la hipotermia;
  • usar complejos vitamínicos;
  • normalizar la dieta;
  • dejar de fumar;
  • observar la higiene personal;
  • evite que le entre agua en los oídos;
  • desinfectar los focos de infección a tiempo;
  • tratar de inmediato las infecciones virales;
  • en el período primavera-otoño, use inmunoestimulantes.

Se debe prestar especial atención al cuidado de niños menores de un año. Alimentar al bebé en posición horizontal provoca el flujo de leche o mezcla de leche hacia la cavidad del oído, lo que conduce a procesos inflamatorios. Para evitar tales consecuencias, el bebé debe ser alimentado en posición reclinada con la cabeza elevada.

El diagnóstico y el tratamiento modernos de la otitis media ampollosa garantizan la rápida eliminación de las manifestaciones clínicas de la enfermedad. Para prevenir la adición de una infección bacteriana en las etapas iniciales del desarrollo de la enfermedad, se utilizan medicamentos antivirales, antiflogísticos y analgésicos.