Síntomas de la garganta

Por qué las amígdalas se hinchan y las amígdalas duelen

Amígdalas palatinas (amígdalas): formaciones linfadenoides que se encuentran detrás de los arcos palatinos entre la faringe, las cavidades oral y nasal. Los órganos emparejados contienen células inmunocompetentes (neutrófilos, fagocitos, linfocitos T), que impiden la penetración de la flora patógena en los órganos ENT. En el caso de una disminución en la reactividad del cuerpo, las amígdalas se inflaman, lo que conduce al desarrollo de enfermedades infecciosas.

¿Qué hacer si las amígdalas están inflamadas y me duele tragar?

La hipertrofia y el dolor de las amígdalas palatinas indican inflamación de los tejidos linfadenoides. Los procesos catarrales y purulentos pueden ser provocados por virus, hongos o bacterias patógenos. Los principios del tratamiento dependen en gran medida de la naturaleza del agente infeccioso.

El paso oportuno de la terapia antimicótica, antiviral o antibiótica previene la propagación de la inflamación y el desarrollo de complicaciones graves.

Funciones de las amígdalas.

Las amígdalas se pueden llamar la primera línea de defensa del sistema respiratorio contra la penetración de microorganismos patógenos. Participan en la síntesis de células inmunocompetentes y en la neutralización de virus, hongos y microbios patógenos. Junto con las amígdalas lingual, faríngea y tubárica, forman el llamado anillo faríngeo, que impide el desarrollo de microorganismos oportunistas en las vías respiratorias.

Los folículos y lagunas de las glándulas contienen células inmunes que neutralizan y destruyen los patógenos que ingresan a los órganos otorrinolaringológicos con aire, agua y alimentos. En el caso de una disminución de la resistencia del cuerpo, disminuye el número de neutrófilos y fagocitos en las acumulaciones linfadenoides, lo que puede causar inflamación de órganos. Una disminución de la inmunidad local puede ser provocada por:

  • deficiencia de vitamina A, B y C;
  • hipotermia y sobrecalentamiento de la garganta;
  • enfermedades crónicas;
  • trastornos autoinmunitarios;
  • inestabilidad de los niveles hormonales;
  • tratamiento inoportuno de la estomatitis;
  • adicciones (tabaquismo, abuso de alcohol);
  • ingesta irracional de antibióticos y agentes hormonales;
  • Lesión a las membranas mucosas de la faringe.

Como regla general, el dolor en las glándulas indica la presencia de procesos inflamatorios en los tejidos. De acuerdo con los síntomas concomitantes y las manifestaciones locales, se determina el tipo de enfermedad otorrinolaringológica y el régimen de tratamiento posterior del paciente.

Etiología

¿Por qué duelen las amígdalas y duele tragar? La incomodidad al tragar saliva indica la presencia de procesos patológicos en las amígdalas. Los siguientes tipos de patógenos pueden provocar el desarrollo de inflamación séptica en los tejidos:

  • adenovirus;
  • coronavirus;
  • rinovirus;
  • virus de la gripe;
  • virus del herpes;
  • micoplasma;
  • clamidia;
  • estafilococos;
  • estreptococos;
  • neumococos;
  • bacilo de la difteria.

La hipertrofia glandular puede ser una manifestación de enfermedades de transmisión sexual, en particular sífilis y gonorrea.

Al penetrar en las amígdalas, los patógenos secretan enzimas específicas que conducen a la destrucción de los tejidos. La inflamación y el edema de las formaciones linfadenoides estimulan la irritación de los receptores del dolor (nociceptores), lo que produce sensaciones incómodas: sudoración, sensación de opresión, dolor punzante y punzante.

Posibles enfermedades

En la mayoría de los casos, el dolor en las glándulas se produce en el contexto de una inflamación séptica de los tejidos linfoides. El desarrollo de enfermedad otorrinolaringológica también puede estar indicado por hiperemia y edema de las membranas mucosas, mialgia, fiebre, tos, etc. Las patologías diagnosticadas con frecuencia acompañadas de molestias en el área de la garganta incluyen:

  • dolor de garganta;
  • amigdalitis crónica;
  • faringitis crónica;
  • absceso paratonsillar.

Las glándulas también pueden hincharse debido al daño mecánico de las membranas mucosas de la orofaringe. La violación de la integridad del epitelio ciliado conduce a una disminución de la reactividad del tejido, como resultado de lo cual no se excluye el desarrollo de inflamación séptica. La hipertrofia de las amígdalas es peligrosa por el edema tisular y el estrechamiento del diámetro interno de las vías respiratorias. El alivio prematuro de los procesos catarrales puede provocar estenosis de la faringe y asfixia aguda.

Angina de pecho

La angina se llama enfermedad ENT, en la que hay una inflamación aguda de los componentes principales del anillo faríngeo. A menudo, la inflamación infecciosa-alérgica es provocada por patógenos bacterianos: estreptococos, estafilococos, meningococos, etc.

El desarrollo de la enfermedad se ve facilitado por hipotermia, hipovitaminosis, traumatismo de las amígdalas, rinitis crónica y alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.

En caso de infección del sistema respiratorio, no solo pueden doler las amígdalas palatinas, sino también los tejidos linfoides dentro de la faringe.

Con el desarrollo de angina, los pacientes se quejan con mayor frecuencia de los siguientes síntomas:

  • malestar al tragar;
  • hipertermia;
  • mialgia;
  • náusea;
  • ganglios linfáticos agrandados;
  • dolor de cabeza;
  • falta de apetito.

La enfermedad siempre comienza con dolor de garganta, febrícula y síntomas generales de intoxicación.

El desarrollo de angina puede estar precedido por rinitis bacteriana, sinusitis, ARVI y otros resfriados. Una disminución en la reactividad del cuerpo estimula la reproducción de microbios oportunistas, como resultado de lo cual surgen lesiones infecciosas.

El tratamiento inadecuado de la angina conduce a un aumento en la concentración de metabolitos de patógenos en el cuerpo, como resultado de lo cual se desarrolla un shock infeccioso-tóxico.

A través de los espacios fasciales en el cuello, los patógenos pueden ingresar al tórax y la cavidad craneal. El alivio prematuro de los procesos patológicos conduce al desarrollo de meningitis, mediastinitis, absceso paratonsilar, etc. La flora estreptocócica, que eventualmente afecta las articulaciones, el corazón y los riñones, es un peligro particular para la salud del paciente.

Amigdalitis crónica

La amigdalitis crónica es una inflamación lenta de las amígdalas faríngeas y las amígdalas, en las que se daña la membrana mucosa de la faringe. Como regla general, la enfermedad está precedida por una inflamación aguda de las amígdalas palatinas, difteria, escarlatina y otras patologías "infantiles". En ausencia de complicaciones, solo las manifestaciones locales indican el desarrollo de amigdalitis crónica:

  • hiperemia de las membranas mucosas de la orofaringe;
  • hipertrofia de las amígdalas palatinas;
  • acumulaciones purulentas (amigdalolitis) en las lagunas de las amígdalas;
  • engrosamiento de los arcos palatinos;
  • agrandamiento de los ganglios linfáticos submandibulares.

La linfadenitis persistente, la hipertermia y las alteraciones en el trabajo del corazón señalan el desarrollo de amigdalitis alérgica tóxica. La inflamación crónica de las glándulas suele ir acompañada de abscesos, sinusitis, inflamación del oído medio e inflamación de los riñones. El factor etiológico clave en la aparición de patología otorrinolaringológica es el estreptococo β-hemolítico.

El papel principal en la patogenia de la inflamación crónica de las glándulas lo desempeña un trastorno funcional del sistema nervioso autónomo. El desarrollo de la patología se ve facilitado por hipotermia local, inflamación crónica de la nasofaringe, condiciones climáticas desfavorables, mala nutrición, etc. Las recaídas frecuentes de amigdalitis provocan la formación de cicatrices en los tejidos linfadenoides, como resultado de lo cual se altera su función de drenaje. Como resultado, el exudado patológico de pus, detritos y patógenos comienza a acumularse en el lacunal de las amígdalas.

Faringitis crónica

En la faringitis crónica, se observa inflamación de los tejidos linfadenoides de la faringe, que se extiende a las amígdalas palatinas y faríngeas. Los agentes causantes de una enfermedad infecciosa pueden ser estafilococos, neumococos, adenovirus, virus de la influenza y hongos Candida. A menudo, la faringitis crónica se produce debido a la propagación de la flora patógena más allá de las lesiones.

La faringitis crónica se diferencia de un dolor de garganta lento en la prevalencia de focos de inflamación. Los patógenos pueden localizarse no solo en las glándulas, sino también en la mucosa faríngea. El desarrollo de la enfermedad se indica con mayor frecuencia por:

  • tos improductiva;
  • dolor de garganta;
  • fiebre subfebril;
  • membranas mucosas secas;
  • hinchazón de la faringe;
  • dolor al tragar saliva.

Un sello distintivo del desarrollo de faringitis es la ulceración de la pared faríngea posterior y la ausencia de inflamación purulenta en las amígdalas.

Absceso Paratonsillar

La paratonigdalitis (absceso paratonsilar) es una lesión infecciosa de la célula periaminal, acompañada de un edema extenso de los tejidos linfoides. El absceso unilateral y bilateral se produce como resultado de una inflamación séptica de las glándulas y los tejidos cercanos. Debido a la reactividad reducida del cuerpo, los niños pequeños y los ancianos son más susceptibles a la patología.

Si las amígdalas duelen durante un período prolongado, esto puede provocar la generalización de procesos patológicos y dificultad para respirar. El desarrollo de paratonsilitis se evidencia por las siguientes manifestaciones clínicas:

  • alta temperatura (más de 39 °);
  • ganglios linfáticos agrandados;
  • dificultad para respirar;
  • espasmo de los músculos masticadores;
  • hipertrofia de las glándulas;
  • aumento del dolor al tragar;
  • debilidad y náuseas.

El paso tardío de la terapia con medicamentos conduce a la trombosis de la vena de cebada y al shock tóxico infeccioso.

Un absceso de los tejidos linfadenoides está plagado del desarrollo de mediastinitis y sepsis, por lo tanto, el tratamiento debe iniciarse cuando aparecen los primeros signos de patología otorrinolaringológica.

Cabe señalar que la ingesta de agentes antibacterianos durante el tratamiento de enfermedades respiratorias no reduce la probabilidad de desarrollar paratonsilitis. Por lo tanto, en caso de deterioro de la salud, debe buscar la ayuda de un especialista.

Otras razones

¿Por qué hay molestias al tragar saliva? El enrojecimiento y el dolor de garganta no siempre se deben al desarrollo de una enfermedad infecciosa. Las sensaciones desagradables al tragar a menudo son el resultado de la irritación mecánica de las membranas mucosas del sistema respiratorio. Los factores que contribuyen a la aparición de un síntoma incluyen:

  • fumar: el humo del tabaco quema las membranas mucosas de la orofaringe y afecta destructivamente el intercambio de gases en los tejidos, como resultado de lo cual se produce la irritación del epitelio ciliado;
  • inhalación de aire seco: la humedad del aire insuficiente conduce al secado de las membranas mucosas de las vías respiratorias y, como resultado, a la aparición de molestias;
  • la influencia de productos químicos volátiles: las sustancias tóxicas contenidas en los productos químicos domésticos destruyen las membranas de las células del epitelio ciliado, lo que inevitablemente conduce a una violación de la función secretora de las membranas mucosas;
  • alergias: el polen, el pelo de los animales, las partículas de polvo provocan reacciones alérgicas en los órganos respiratorios, lo que provoca edema e inflamación de las formaciones linfoides.

Antes de comenzar el tratamiento para las amígdalas palatinas, debe establecer la causa del problema. En el caso de inflamación séptica de los tejidos, se prescribirán al paciente fármacos de acción etiotrópica (antibióticos, antivirales, antimicóticos) y paliativos (antipiréticos, analgésicos). Si el dolor de garganta es causado por una reacción alérgica, los antihistamínicos y los medicamentos antiinflamatorios pueden ayudar a eliminar el malestar.