Síntomas del oído

Todo sobre la discapacidad auditiva

Discapacidad auditiva: pérdida de la capacidad de distinguir entre el susurro y los sonidos de baja amplitud. La pérdida de audición permanente se conoce como pérdida de audición y la gravedad varía de leve a muy grave. Si el analizador auditivo es incapaz de percibir sonidos con una frecuencia inferior a 90 dB, se diagnostica sordera completa, que puede eliminarse mediante cirugía o instalando un audífono.

El grado de pérdida auditiva se determina en el curso de estudios audiométricos, cuya esencia es determinar el umbral de sensibilidad de los receptores auditivos. En ausencia de patologías, una persona percibe el habla y los sonidos en frecuencias de 0 a 25 dB. Si el sistema de detección de sonido detecta señales de sonido en el rango de 25 dB o más, se diagnostica pérdida de audición.

Tipos de discapacidad auditiva

La discapacidad auditiva persistente, las causas y la clasificación de los cambios patológicos se determinan durante un examen audiométrico de un paciente que se queja del desarrollo de una disfunción auditiva en uno o ambos oídos. El tipo de pérdida auditiva depende del departamento en el que se ubiquen los procesos patológicos. Según las características fisiológicas y anatómicas de la estructura del analizador auditivo, hay dos secciones principales:

  1. conducción de sonido: proporciona la transmisión de una señal de sonido desde el exterior al sistema receptor a través de las secciones principales del oído medio y externo;
  2. Percepción del sonido: transforma la energía de los sonidos ambientales en impulsos nerviosos, lo que se debe a la modulación de las oscilaciones físicas de las ondas en las partes principales de la cóclea del oído, los centros subcorticales y las células nerviosas.

En el contexto de esta clasificación, el desarrollo de disfunción auditiva puede deberse a:

  • violaciones en el departamento de conducción de sonido;
  • violaciones en el departamento de percepción del sonido;
  • trastornos combinados en ambos departamentos.

Para determinar el tipo de pérdida auditiva, los especialistas realizan estudios audiométricos subjetivos, durante los cuales determinan el nivel de audibilidad de las señales óseas y conducidas por el aire. Así, es posible establecer en cuál de las partes del analizador auditivo ocurren los trastornos, por lo que se determina el tipo de pérdida auditiva y los principios de tratamiento posteriores.

Clasificación

La disfunción auditiva parcial está determinada por la incapacidad del analizador auditivo percibir y procesar señales sonoras de baja frecuencia y amplitud. La clasificación moderna de las deficiencias auditivas indica qué patologías en el sistema auditivo provocaron el desarrollo de la pérdida auditiva:

  • conductivo: aparecen debido al bloqueo de la señal de sonido al nivel de la sección de recepción de sonido del analizador auditivo y se caracterizan por la formación de barreras físicas en forma de granulaciones, trasudados, tapones para los oídos, etc .;
  • neural: la incapacidad de partes específicas del cerebro para procesar los impulsos nerviosos provenientes del analizador auditivo; con el desarrollo de la disincronía auditiva, los impulsos eléctricos pueden malinterpretarse, que es la causa de las alucinaciones audiológicas;
  • sensorial: aparece cuando las células ciliadas mueren, lo que conduce a la imposibilidad de procesar señales de sonido en el laberinto del oído;
  • neurosensorial: debido a la aparición de trastornos a nivel de las células ciliadas y el procesamiento de impulsos eléctricos en las partes correspondientes del cerebro;
  • combinado: un tipo mixto de pérdida auditiva, que se caracteriza por una combinación de trastornos neurosensoriales y conductivos.

Con el desarrollo de patologías neurosensoriales, es casi imposible restaurar la capacidad de escuchar sonidos en el rango de hasta 25 dB.

Causas de la disfunción auditiva.

¿Cuáles son las principales causas de la discapacidad auditiva? La disfunción auditiva puede ser congénita o adquirida. Su desarrollo se debe a una serie de factores exógenos y endógenos que conducen a la aparición de patologías a nivel de los departamentos de percepción y conducción del sonido en el analizador auditivo.

Los expertos incluyen las siguientes entre las principales causas de discapacidad auditiva congénita:

  • predisposición hereditaria;
  • características genéticas no hereditarias;
  • peso anormalmente bajo al nacer;
  • transferencia de ictericia en el período neonatal;
  • asfixia al nacer y parto difícil;
  • el uso de fármacos ototóxicos por parte de la futura madre.

Es posible eliminar la disfunción auditiva solo en el caso de una estructura normal de las partes principales del analizador auditivo en un recién nacido.

Muy a menudo, la disfunción auditiva se observa en pacientes mayores y se debe a las siguientes razones:

  • lesión infecciosa de la nasofaringe;
  • inflamación crónica en los oídos;
  • abuso de citostáticos y antibióticos;
  • trauma grave en la base del cráneo;
  • degeneración de células sensoriales relacionada con la edad;
  • exposición a ruidos fuertes;
  • escuchar regularmente dispositivos de audio con auriculares.

Muy a menudo, la disfunción auditiva se desarrolla en el contexto de un tratamiento irracional e inoportuno de la meningitis, la rubéola, la influenza y el sarampión.

Grados de hipoacusia

La discapacidad auditiva es la incapacidad de percibir señales de sonido con una frecuencia de hasta 25 dB. Sin embargo, el grado de desarrollo de la pérdida auditiva depende de qué oscilaciones de frecuencia son percibidas y procesadas por las partes principales del órgano auditivo. En este sentido, surgió una clasificación internacional de discapacidad auditiva, que describe 4 grados de desarrollo de disfunción auditiva:

  • 1 grado (débil): la capacidad de percibir vibraciones de sonido con una frecuencia superior a 25-40 dB;
  • 2do grado (medio): la capacidad de percibir vibraciones sonoras de intensidad media con una frecuencia de más de 41-55 dB;
  • Grado 3 (severo): la capacidad de percibir vibraciones sonoras de alta intensidad con una frecuencia de 56-70 dB;
  • Grado 4 (muy severo): la capacidad de percibir vibraciones sonoras de muy alta intensidad con una frecuencia de más de 71-90 dB.

¡Importante! Con una pérdida auditiva notable, debe ser examinado por un especialista. Si la muerte de las células ciliadas no se detiene a tiempo, no será posible restaurar la función auditiva incluso después del tratamiento quirúrgico.

Si el paciente tiene dificultad para percibir señales sonoras superiores a 90 dB, se le diagnostica sordera. La audición se puede restaurar parcialmente solo después de someterse a un tratamiento médico y quirúrgico.

Desordenes genéticos

Convencionalmente, las principales deficiencias auditivas de carácter genético se dividen en dos categorías: sindrómicas y aisladas (no sindrómicas). Los trastornos sindrómicos ocurren principalmente junto con la influencia de factores exógenos, como las enfermedades infecciosas otorrinolaringológicas. En la práctica médica, se acostumbra distinguir entre varios síndromes principales de disfunción auditiva:

  • Síndrome de Usher: el desarrollo simultáneo de disfunción visual y auditiva;
  • Síndrome de Jervell: el desarrollo de pérdida auditiva en el contexto de arritmia cardíaca con la aparición de un intervalo QT prolongado;
  • Síndrome de Waardenburg: aparición de disfunciones en el analizador auditivo, asociado con una mayor pigmentación;
  • Síndrome de Pendred: pérdida de audición persistente en el contexto de hiperplasia tiroidea.

Cabe señalar que los tipos de discapacidad auditiva dependen en gran medida de qué gen se dañó en el curso de los cambios mutacionales. Según los expertos, en la actualidad se conocen más de 100 genes, cuyo daño conduce inevitablemente a una pérdida auditiva permanente. En aproximadamente un tercio de los casos, la disfunción auditiva genética se debe a mutaciones en el gen 35delG o GJB2.

Diagnóstico

Ante la menor pérdida auditiva, los expertos recomiendan ser examinados por un otorrinolaringólogo. La eliminación oportuna de las razones del desarrollo de la pérdida auditiva contribuye a la restauración total o parcial de la audición sin el uso de audífonos e implantes cocleares. Para determinar el grado de pérdida auditiva y el umbral de sensibilidad de las células ciliadas, el paciente debe someterse a los siguientes tipos de exámenes:

  1. diapasones;
  2. audiograma tonal;
  3. análisis otoneurológico;
  4. registro de potenciales auditivos;
  5. medición de impedancia;
  6. tomografía computarizada;
  7. Ecografía Doppler.

Después de determinar con precisión la forma de la discapacidad auditiva, el especialista prescribirá un tratamiento farmacológico o fisioterapéutico con medicamentos que mejoren el suministro de sangre a los tejidos del órgano auditivo, eliminen la inflamación y aceleren los procesos de regeneración. En la etapa de cambios morfológicos irreversibles en los tejidos blandos y óseos, puede ser necesaria una intervención quirúrgica que implique el reemplazo de los huesecillos auditivos deformados, la implantación de un implante coclear, etc.

Razón para contactar a un médico otorrinolaringólogo

El motivo del desarrollo de una hipoacusia persistente, de difícil respuesta al tratamiento farmacológico, es el retraso en la búsqueda de ayuda de un especialista. No puede posponer una visita al otorrinolaringólogo si encuentra los siguientes síntomas:

  • ruido en los oídos;
  • una sensación de desbordamiento de líquido en el oído;
  • dolor de oído recurrente;
  • sensaciones dolorosas a la palpación;
  • percepción borrosa del habla susurrada.

La presencia de disfunción auditiva se evidencia en las constantes solicitudes de repetición de las frases que acaban de decir los interlocutores o en el reconocimiento insuficientemente claro de la voz en el teléfono cuando se habla en la calle. Si se presentan estos síntomas, es recomendable someterse a un examen audiométrico por parte de un especialista.