Angina de pecho

Tratamiento del dolor de garganta por hongos en un niño.

La amigdalitis candidiásica (fúngica) es una enfermedad infecciosa caracterizada por la derrota del anillo linfadenoide faríngeo por patógenos. El agente causante de la infección es un hongo como Candida o Aspergillus en asociación con la flora cocal. En los niños en edad preescolar, las manifestaciones clínicas de la enfermedad ENT son pronunciadas, lo que se debe a la reactividad reducida del cuerpo.

La amigdalitis por hongos en los niños ocurre como resultado de una disminución de la inmunidad general y local. Los provocadores de cambios patológicos en el cuerpo son: deficiencia de vitaminas, hipotermia, ingesta irracional de glucocorticosteroides y antibióticos. La patología en sí misma no representa una amenaza para la vida, sin embargo, la destrucción prematura de hongos puede conducir al desarrollo de enfermedades sistémicas.

Dolor de garganta por hongos: ¿que es?

Según la terminología médica, el dolor de garganta por cándida o por hongos es una infección por hongos de las formaciones linfadenoides, a saber, las amígdalas palatinas. Sin embargo, en el caso del desarrollo de la patología, los focos de inflamación se localizan no solo en las glándulas, sino también en la membrana mucosa de la orofaringe. En base a esto, no es del todo correcto utilizar el término "dolor de garganta por hongos".

Hay tres subespecies de inflamación candidiásica de la orofaringe:

  1. Amigdalitis por hongos: daño a las amígdalas;
  2. Faringomicosis: daño a la membrana mucosa de la faringe;
  3. La amigdalofaringitis es una derrota simultánea de la faringe y las amígdalas.

Como regla general, la amigdalitis por candidiasis, con un tratamiento inoportuno, se reemplaza por faringomicosis o amigdalofaringitis. Los principios del tratamiento de las patologías anteriores son idénticos e implican el uso de medicamentos antimicóticos (antimicóticos) y sintomáticos.

Agentes infecciosos

La candidiasis orofaríngea es provocada por microorganismos oportunistas, que incluyen hongos similares a las levaduras (Candida albicans) y mohos (Aspergillus). En el caso de la inmunodeficiencia, se altera el equilibrio entre los microorganismos "útiles" y "nocivos" que forman la microflora de los órganos otorrinolaringológicos. El desarrollo activo de agentes patógenos conduce a la formación de focos de inflamación en los tejidos linfadenoides.

La disbiosis es una razón clave para la disminución de la resistencia del cuerpo a los patógenos. Las razones del desarrollo de una enfermedad fúngica en un niño pueden ser endógenas y exógenas:

  • nutrición pobre;
  • abuso de antibióticos;
  • enfermedades otorrinolaringológicas crónicas;
  • hipovitaminosis y anemia;
  • diabetes;
  • fatiga cronica;
  • tomando corticosteroides.

¡Importante! La amigdalitis por cándida puede causar el desarrollo de linfadenitis aguda, que se trata exclusivamente con medicamentos antibacterianos.

Los niños pequeños son más susceptibles a las enfermedades debido a la reducción de la reactividad inmunológica. La infección por faringomicosis se puede observar en los primeros meses de vida de un niño al entrar en contacto con la flora fúngica.

Cuadro clinico

La presencia de placa blanca en las amígdalas es el principal signo del desarrollo de amigdalitis por Candida. Es posible diagnosticar con precisión la enfermedad solo después de pasar una prueba serológica y determinar el tipo de agente infeccioso. Las manifestaciones locales de la enfermedad son similares a los síntomas del dolor de garganta purulento, que se trata principalmente con antibióticos. Sin embargo, los microorganismos fúngicos no son sensibles a los efectos de los agentes antimicrobianos. La administración intempestiva de fármacos antimicóticos puede provocar complicaciones.

La amigdalitis por hongos se caracteriza por una intoxicación débil del cuerpo, por lo tanto, los síntomas generales de la enfermedad están mal expresados. Éstos incluyen:

  • dolores de cabeza leves;
  • malestar en la garganta;
  • debilidad y somnolencia;
  • fiebre subfebril.

En la etapa de inflamación aguda por cándida en la orofaringe, aparecen múltiples manchas blancas, que se localizan en los arcos palatinos, amígdalas, lengua del paladar blando, faringe, etc. Después de la eliminación mecánica de la placa en la membrana mucosa, aparecen úlceras sangrantes que provocan edema tisular. En los lugares donde la membrana mucosa se ve más afectada, se observa desprendimiento del epitelio.

¡Importante! La floración blanca indica el desarrollo de mohos verdes o amarillentos, parecidos a la levadura.

En los niños, el tratamiento de la amigdalitis candidiásica debe iniciarse cuando aparecen los primeros síntomas de la enfermedad. La terapia tardía puede provocar la formación de placa blanca en la lengua, la superficie interna de las mejillas, las paredes de la garganta, etc.

La especificidad del curso de la enfermedad.

La inflamación por cándida de la orofaringe puede ocurrir en varias formas, que deben tenerse en cuenta al hacer un diagnóstico. La faringomicosis aguda a menudo se confunde con dolor de garganta purulento debido a la similitud de las manifestaciones clínicas: dolor de garganta, dolores de cabeza, hipertermia, agrandamiento de los ganglios linfáticos regionales.

La forma subaguda de la enfermedad es casi asintomática, lo que impide el diagnóstico y tratamiento de la faringomicosis en niños menores de 1 año. La destrucción prematura de patógenos fúngicos conduce a procesos inflamatorios crónicos. La amigdalitis crónica por cándida prácticamente no se manifiesta, pero alrededor de 2-3 veces al año, pueden ocurrir exacerbaciones, caracterizadas por manifestaciones típicas de faringomicosis.

Los procesos inflamatorios en el cuerpo continuarán hasta que se lleve a cabo el tratamiento etiotrópico.

Si no se trata la inflamación por cándida, esto conducirá a la progresión de la flora fúngica y a la formación de una placa cuajada en toda la superficie de la lengua. Los procesos patológicos pueden causar cambios en el gusto y el desarrollo de estomatitis candidiásica.

Diagnóstico diferencial

En la mayoría de los casos, la inflamación por cándida de las membranas mucosas se puede diagnosticar mediante un examen visual de la garganta. Debido al hecho de que el tejido linfadenoide en los bebés tiene una estructura suelta, la placa cuajada difiere poco de las formaciones purulentas. Por lo tanto, es posible determinar con precisión el tipo de enfermedad solo después de estudios de frotis faríngeo.

Al determinar las causas del desarrollo de la enfermedad, se tiene en cuenta la presencia de enfermedades somáticas, inmunodeficiencias secundarias y reacciones adversas a la ingesta de medicamentos glucocorticosteroides. Un análisis de sangre bioquímico le permite determinar la concentración de bacterias en el plasma. La ausencia de una cantidad excesiva de microbios en el cuerpo es una de las evidencias más fuertes de la presencia de inflamación por cándida.

El diagnóstico diferencial de la faringomicosis se lleva a cabo con patologías como:

  • amigdalitis estreptocócica;
  • escarlatina;
  • sífilis;
  • estomatitis por herpes;
  • mononucleosis bacteriana.

En presencia de flora mixta en los focos de inflamación, el especialista realiza la prueba Femoflor-Screen, que permite determinar el agente causante de la infección con un 100% de probabilidad.

Principios de tratamiento

¿Cuál debe ser el tratamiento para el dolor de garganta por hongos en los niños? Dado que la amigdalitis por cándida y la faringomicosis ocurren en el contexto de la disbiosis, la terapia comienza con la restauración de la microflora normal. Si la patología se ha desarrollado como resultado de la ingesta irracional de antibióticos, el régimen de tratamiento se ajusta reemplazando los medicamentos antimicrobianos por antimicóticos.

Para aumentar la cantidad de lactobacilos en el intestino delgado, al paciente se le prescribe una dieta especial con énfasis en productos lácteos fermentados, frutas, verduras frescas y alimentos con proteínas. La farmacoterapia compleja consiste en el uso de los siguientes medicamentos:

  • antimicóticos: inhiben la actividad de hongos similares a las levaduras y hongos;
  • antisépticos (irrigación, inhalación, lubricación): desinfectan la membrana mucosa de la orofaringe;
  • inmunoestimulantes: aumentan la resistencia inespecífica del cuerpo;
  • vitaminas - compensan la deficiencia en el cuerpo sustancias útiles que participan en importantes procesos bioquímicos;
  • antipiréticos: bajan la temperatura, eliminando así la fiebre subfebril.

En la etapa de regresión de los procesos patológicos, un especialista puede prescribir procedimientos de fisioterapia. La irradiación de formaciones linfadenoides con luz ultravioleta ayuda a destruir la flora bacteriana y fúngica, aumentando así la inmunidad local.

Terapia antimicótica

Los fármacos antimicóticos tienen un efecto fungistático y fungicida pronunciado contra los hongos similares a las levaduras y el moho. Sus componentes activos inhiben la biosíntesis del citocromo, lo que evita la formación de membranas celulares de patógenos. Los medicamentos sistémicos previenen la propagación de la inflamación por cándida, lo que acelera el proceso de curación.

En la terapia pediátrica para el tratamiento de la faringomicosis, se utilizan los siguientes antimicóticos:

  • "Fluconazol" - un fármaco con acción fungistática; suprime la producción de esteroles fúngicos, lo que evita el desarrollo posterior de patógenos;
  • "Levorin" es un agente poco tóxico que destruye hongos y protozoos similares a las levaduras como Trichomonas vaginalis; los componentes del medicamento no se acumulan en el cuerpo, lo que evita la aparición de reacciones secundarias;
  • "Nistatina" - acción fungicida antimicótica, destruyendo Aspergillus, hongos levaduriformes y protozoos; Se utiliza para eliminar la inflamación por cándida no solo en la cavidad bucal, sino también en el tracto gastrointestinal.

El abuso de medicamentos puede provocar vómitos, diarrea, escalofríos y dolor abdominal.

Es posible detener las manifestaciones de la amigdalitis candidiásica solo en el caso de someterse a una terapia etiotrópica. Los medicamentos sintomáticos solo facilitan el curso de la enfermedad, pero no destruyen la causa de su aparición: la flora fúngica.

Tratamiento local

La amigdalitis por cándida es fácilmente tratable solo en una etapa temprana del desarrollo de la patología.

En el caso de un diagnóstico tardío y un tratamiento previo incorrecto, la flora fúngica suele ser las bacterias patógenas se unen. Para eliminar los focos de inflamación en las formaciones linfadenoides, se utilizan preparaciones tópicas.

¿Cómo se elimina la amigdalitis fúngica en los niños? ¿Cuáles son los síntomas y el tratamiento del niño? La terapia local consiste en irrigar la garganta con agentes que tienen propiedades antimicóticas y antimicrobianas. Los medicamentos son recetados solo por el médico tratante después de un diagnóstico preciso. Los antisépticos seguros que se pueden usar para desbridar la orofaringe incluyen:

  • "Faringosept": previene el desarrollo de la flora bacteriana, lo que ayuda a eliminar los síntomas generales de intoxicación;
  • "Clorhexidina": destruye las bacterias aeróbicas y anaeróbicas, así como los hongos parásitos del género Candida;
  • "Iodinol": desinfecta la membrana mucosa de la orofaringe, lo que aumenta la reactividad del tejido;
  • "Decametoxina": destruye los microbios y los hongos patógenos, por lo que puede usarse para tratar la faringomicosis, la estomatitis fúngica y la inflamación purulenta en los órganos ENT;
  • "Miramistin": elimina la mayoría de las cepas de bacterias resistentes a los efectos de los medicamentos del grupo de las penicilinas; tiene actividad contra aspergillus, saprofitos y hongos levaduriformes.

Para acelerar la regresión de la inflamación por cándida, el saneamiento de la garganta debe realizarse al menos 4-5 veces al día durante una semana. Algunos de los medicamentos anteriores, en particular Miramistin y Clorhexidina, pueden usarse para prevenir infecciones fúngicas. Sus componentes activos estimulan una respuesta inmune inespecífica, que previene el desarrollo de microorganismos oportunistas.

Inmunoestimulantes eficaces

Los inmunoestimulantes son fármacos que aumentan la inmunidad inespecífica. El uso sistemático de medicamentos previene el desarrollo de enfermedades infecciosas otorrinolaringológicas en los niños. Según lo prescrito por el pediatra, se utilizan en vísperas de enfermedades estacionales como amigdalitis, ARVI, influenza, bronquitis, etc.

Con fines preventivos, las preparaciones a base de plantas se utilizan para aumentar la reactividad del cuerpo del niño. Prácticamente no provocan reacciones alérgicas, pero al mismo tiempo estimulan la producción de interferón en el organismo. Los agentes biogénicos, que incluyen vitaminas y microelementos, se denominan adaptógenos. Previenen el desarrollo de hipovitaminosis, que es uno de los factores clave para reducir la resistencia del organismo.

Los inmunoestimulantes eficaces incluyen:

  • "Amiksin";
  • Derinat;
  • "Inmune";
  • Mi vida;
  • Ribomunil;
  • Betaferon.

Se recomienda utilizar los medios anteriores en la etapa de resolución de la inflamación candidiásica en la mucosa de la garganta. El uso sistemático de inmunoestimulantes previene la cronización de procesos patológicos y recaídas de la enfermedad.