Cardiología

Complicaciones de la hipertensión

Una de las enfermedades más comunes del corazón y los vasos sanguíneos es la hipertensión arterial, que se caracteriza por una presión arterial alta persistente y complicaciones de varios sistemas de órganos.

Información básica

La cantidad de presión que ejerce la sangre sobre las paredes de los vasos sanguíneos es uno de los indicadores más importantes de la salud del cuerpo. Se mide en milímetros de mercurio (mm Hg). En este caso, se determinan 2 cantidades:

  • La presión sistólica (superior) con la que la sangre actúa sobre los vasos cuando el corazón se contrae y la libera en la arteria.
  • Diastólica (inferior), con la que la sangre presiona las paredes en un estado relajado del corazón.

Se considera que la norma es una presión de aproximadamente 120 a 80 mm Hg. st (arriba y abajo, respectivamente). Se permiten pequeñas desviaciones a los lados derecho e izquierdo de ambos indicadores (dentro de 5-10 unidades). Al mismo tiempo, los diferentes estados del cuerpo corresponden a sus propios niveles de presión: durante la actividad física, aumenta en el rango de 15-20 unidades, lo que se considera una reacción fisiológica natural del cuerpo.

Exceder la norma se consideran indicadores de 140/90 y más. Es esta condición la que se llama hipertensión arterial.

Dependiendo del valor específico, se distinguen 3 grados de la enfermedad:

  1. Presión en el rango 140/90 - 159/99;
  2. Presión en el rango 160/100 - 179/109;
  3. Presión en el rango de 180/110 y más.

A menudo existe confusión entre los términos hipertensión arterial e hipertensión (hipertensión esencial). Los conceptos son muy similares ya que ambos describen la presión arterial alta. Sin embargo, existe una diferencia significativa entre ellos:

  1. La hipertensión caracteriza la presión arterial alta constante y persistente y es un diagnóstico médico de enfermedad cardíaca y vascular (formulada como hipertensión en etapa 1, 2 o 3).
  2. La hipertensión es un aumento temporal, único o recurrente de la presión arterial causado por:
    • actividad física;
    • estrés emocional;
    • tomando ciertos medicamentos o alimentos (como el café).

Por lo tanto, si la hipertensión arterial es un síndrome que incluye ciertas complicaciones, entonces la hipertensión es un malestar a corto plazo asociado con un aumento de la presión arterial. En la práctica, los pacientes suelen utilizar ambos conceptos con el mismo significado.

Causas de la enfermedad

Casi siempre, la hipertensión es causada por varias razones y no se desarrolla de inmediato, sino durante un largo período de tiempo. Los factores que dan lugar a la patología se pueden dividir en varios grupos, según su origen.

  1. Estilo de vida humano:
    • abuso de alimentos que provocan obesidad y niveles altos de colesterol en sangre;
    • ingesta excesiva de sal;
    • estilo de vida sedentario y obesidad;
    • tabaquismo y exceso de alcohol;
    • cargas de tensión constante.
  2. Enfermedades crónicas:
    • diabetes mellitus tipo 1 y tipo 2;
    • trastornos del sistema endocrino;
    • insuficiencia renal.
  3. Predisposición genética (diabetes, obesidad, cardiopatías congénitas).
  4. Factor de edad (a medida que envejecen, el rendimiento del corazón y la fuerza de las paredes de los vasos sanguíneos comienzan a disminuir gradualmente).
  5. Factor sexual: la hipertensión ocurre en las mujeres con menos frecuencia que en los hombres, debido a 2 razones principales:
    • la hormona sexual femenina estrógeno tiene un buen efecto sobre la elasticidad de las paredes de los vasos sanguíneos;
    • los hombres tienden a llevar un estilo de vida menos regular.

La salud depende en parte del estilo de vida, que una persona puede controlar y cambiar en gran medida. Incluso una mínima adherencia a los requisitos de un estilo de vida saludable no solo conducirá a una mejora del bienestar en general, sino que también ayudará a prevenir muchas de las complicaciones que causa la hipertensión arterial.

Consecuencias

Las complicaciones de la hipertensión arterial se desarrollan gradualmente y generalmente tienen un efecto complejo en diferentes sistemas de órganos.

Trastornos del corazón

La hipertensión esencial casi siempre causa complicaciones en la actividad del corazón, ya que este órgano se combina directamente con los vasos en un solo sistema. La razón principal es que la carga sobre el órgano aumenta, por lo que el músculo cardíaco se ve obligado a contraerse más para garantizar un nivel normal de suministro de sangre en todo el cuerpo. En consecuencia, el músculo cardíaco requiere más oxígeno y las células del miocardio, al no hacer frente a la tarea, comienzan a morir gradualmente.

En casos críticos, esto conduce a la muerte de secciones enteras del músculo, lo que se denomina infarto de miocardio, que a menudo es fatal. Estos procesos se desarrollan gradualmente y en diferentes etapas pueden manifestarse con los siguientes síntomas:

  • palpitaciones del corazón que ocurren sin razón aparente;
  • dolor en el lado izquierdo: dolor y hormigueo (con un ataque cardíaco, agudo);
  • dificultad para respirar frecuente y dolor en el corazón, incluso con poco esfuerzo físico.

Dichos síntomas no necesariamente indican presión arterial alta, pero en cualquier caso indican ciertas disfunciones en el cuerpo y requieren atención médica inmediata. La enfermedad siempre es más fácil de detectar y tratar en las primeras etapas que lidiar con las ya graves consecuencias.

Nefropatía

La relación entre el nivel de presión y la actividad de los riñones se explica por el hecho de que procesan una gran cantidad de agua que ingresa al cuerpo y eliminan su exceso junto con algunas sustancias en la orina. En consecuencia, las complicaciones de la hipertensión arterial a menudo afectan a estos órganos. Con mayor frecuencia, se desarrolla insuficiencia renal, que tiene los siguientes síntomas:

  • Fatiga inexplicable, letargo, apatía persistente.
  • Aumento de la hinchazón (la cara y las extremidades se hinchan).
  • Una fuerte disminución del apetito, náuseas, episodios de vómitos.

A menudo, no se presta atención a estos signos, atribuyéndolos a fenómenos temporales. Sin embargo, antes de sacar conclusiones, es imperativo realizar diagnósticos.

Patologías cerebrales

Los síntomas en la cabeza suelen ser los primeros signos de hipertensión. Están asociados con el hecho de que el cerebro penetra en muchos vasos grandes y pequeños que proporcionan suministro de sangre. Incluso un pequeño aumento de la presión arterial afectará inevitablemente al estado de la cabeza. Se observan los siguientes fenómenos:

  • Dolores de cabeza frecuentes que se presentan en diferentes lugares (principalmente, los lóbulos temporal y occipital).
  • Mareos constantes, especialmente en el contexto de un esfuerzo físico incluso leve.
  • Zumbido sistemático en los oídos.
  • Deterioro de los procesos de memorización, aparición de distracción.

¡IMPORTANTE! Por lo general, pocas personas prestan atención a estos síntomas. Al mismo tiempo, si no se hace nada, la situación solo empeorará. Posteriormente, esto a menudo termina con un accidente cerebrovascular (hemorragia cerebral), que se acompaña de parálisis, dificultades para hablar y, a menudo, la muerte.

Profilaxis

Dado que dichos procesos siempre se desarrollan durante un largo período de tiempo, es más que realista influir en ellos y prevenir complicaciones. Además, cuanto antes se tomen las medidas necesarias, más fácil será estabilizar el estado del cuerpo.

Una nutrición adecuada es uno de los requisitos básicos de un estilo de vida saludable. Tiene un efecto beneficioso no solo en el nivel de presión, sino también en una serie de otros indicadores fisiológicos (el nivel de azúcar, jugo gástrico, bilis y muchos otros).

Las recomendaciones de dieta se ven así:

  • Limitación significativa de alimentos salados.
  • Evitar alimentos que contengan grandes cantidades de grasas animales.
  • Reducir o evitar por completo el consumo de alcohol.
  • Restricción significativa en el uso de alimentos fritos.
  • Consumo cauteloso de alimentos que aumentan la presión arterial (café, comidas picantes y picantes).
  • Cumplimiento de la dieta correcta: fraccionalmente 4-5 veces al día, la ausencia de comidas demasiado abundantes, la última comida a más tardar 4-5 horas antes de acostarse.

La actividad física moderada y sistemática entrena los músculos, proporciona suministro de sangre a casi todas las partes del cuerpo y fortalece el corazón y los vasos sanguíneos mediante un entrenamiento constante.

Puedes elegir casi cualquier tipo de actividad, si bien es importante tener en cuenta las siguientes características:

  1. Los ejercicios deben ser continuos, no episódicos, por lo que se deben dedicar al menos 3-4 horas a la semana a actividades deportivas.
  2. La carga debe ser moderada: siempre debe concentrarse en su bienestar y no sobrecargar el cuerpo, de lo contrario, el efecto del ejercicio será exactamente el opuesto. Un criterio importante para la cantidad correcta de carga es la sensación de fatiga muscular ligera y agradable después del ejercicio.
  3. Si hay alguna anomalía en las articulaciones o enfermedad cardíaca, es imperativo tenerlas en cuenta a la hora de elegir el tipo y volumen de carga. En este caso, lo mejor es consultar a un médico.
  4. Los ejercicios deben ser agradables, tienen un efecto beneficioso en la psique y te motivan perfectamente para las próximas actividades.

Es importante proporcionar al cuerpo un sueño adecuado (7-8 horas diarias) y cumplir con los requisitos mínimos de trabajo y descanso. Tanto el exceso de trabajo como la carga de trabajo insuficiente son malos. Pero el descanso no es un estado pasivo, sino activo asociado a un cambio en el tipo de actividad. En este sentido, incluso un paseo al aire libre es mucho mejor que pasar tiempo frente al televisor o la computadora.

Un estilo de vida saludable le permite evitar complicaciones graves de la hipertensión arterial y otras enfermedades. Al mismo tiempo, casi todo el mundo puede cumplir con sus requisitos al menos al nivel mínimo. Todo depende de la persona misma y de su relación con su propio cuerpo.