Síntomas de la nariz

¿Por qué no huele la nariz?

Puede haber muchas razones por las que la nariz es completamente (anosmia) o parcialmente (hiposmia) inodoro, que van desde una secreción nasal común hasta neoplasias malignas en la nasofaringe. La mayoría de las veces, una ligera pérdida del olfato no provoca una gran ansiedad, mientras que en situaciones graves, el tratamiento debe iniciarse de inmediato para evitar complicaciones graves. Solo al establecer la causa del síntoma desagradable, puede saber qué hacer si la nariz no huele.

Causas de la enfermedad

Si la nariz no huele, entonces este es un síntoma bastante alarmante que no se puede ignorar.

El hecho es que si la causa de este síntoma fue una secreción nasal banal, luego de la recuperación, el sentido del olfato ciertamente se restaurará.

Sin embargo, si la pérdida de la capacidad de oler los aromas es una consecuencia de anomalías congénitas o adquiridas de los órganos nasofaríngeos, en este caso, no se puede prescindir de un tratamiento especial.

Rinitis crónica o aguda

Si la nariz no huele, entonces una secreción nasal, causada por infecciones virales, bacterianas o alergias, puede ser la causa. El sentido del olfato regresa después de la eliminación del exceso de secreción mucosa, una gran cantidad de la cual, en caso de rinitis, bloquea total o parcialmente las vías de penetración de los olores a las terminaciones nerviosas. La congestión nasal constante conduce al hecho de que los centros olfativos ubicados en el cerebro no reciben una señal completa, lo que no le permite experimentar completamente el olor inhalado. En este caso, es necesario asegurarse de que la nariz comience a respirar. Para hacer esto, use medicamentos vasoconstrictores y enjuague los conductos nasales con soluciones salinas y desinfectantes.

Rinitis atrófica

Cuando se produce una rinitis atrófica (ozena), el paciente deja de oler repentinamente. La desaparición del sentido del olfato suele ir acompañada de un olor fétido de la nariz. La causa de esta enfermedad es un proceso inflamatorio que se desarrolla en la mucosa nasal, lo que provoca la aparición de una secreción espesa y fétida. A medida que avanza la enfermedad, el moco se seca en la nariz y se forman costras que interfieren con la percepción normal de los olores.

¡Importante! Si no se ha iniciado un tratamiento oportuno, el desarrollo de la ozena es peligroso debido a la atrofia del epitelio.

Enfermedades congénitas

Si una persona desde el nacimiento no siente los olores por completo, entonces en este caso estamos hablando de anomalías congénitas del desarrollo. En este caso, las causas de la patología pueden ser muchas, pero la mayoría de las veces están asociadas con anomalías en el desarrollo de los órganos de la nasofaringe y la estructura de la región facial, que provocan una violación de la penetración del aire en el olfato. brecha, que conduce a dificultades con la percepción de olores. A veces, la incapacidad para distinguir entre los olores se debe a trastornos hormonales determinados genéticamente (síndrome de Kallmann). A pesar de su complejidad, la anosmia suele tratarse, lo que suele realizarse después de la pubertad.

Objetos extraños en la nasofaringe

Muy a menudo, un cuerpo extraño (una cuenta, una pequeña parte de un diseñador, un hueso o un guisante) atascado en el conducto nasal provoca una pérdida del olfato en los niños menores de seis años. Además, los objetos extraños pueden interferir con el proceso de olfato en el período posoperatorio, cuando quedan trozos de hisopos de algodón o gasa en las fosas nasales.

Los expertos también señalan casos en los que el uso de medicamentos en polvo por la nariz puede provocar la formación de grumos que se endurecen con el tiempo.

Un diente (incisivo, canino) puede crecer hacia la cavidad nasal (en la región inferior o media). Aunque esto es extremadamente raro, también puede evitar que los olores lleguen al centro olfativo.

Otras razones

  • El uso prolongado (más de diez días) de fármacos vasoconstrictores para el tratamiento de un resfriado común puede provocar una pérdida temporal del olfato.
  • Enfermedades como la sífilis y la tuberculosis localizadas en la cavidad nasal pueden provocar el desarrollo de anosmia, que no responde al tratamiento. Sin embargo, estos casos son bastante raros.
  • La pérdida de la capacidad de oler los olores puede desaparecer cuando el cuerpo se envenena con ciertos venenos, con quemaduras térmicas de la cavidad nasal. Entonces, por ejemplo, después de inhalar vapor caliente, el paciente afirmó que inhaló los olores de varias sustancias olorosas, pero no las sintió.
  • Las enfermedades oncológicas de los órganos nasofaríngeos suelen ir acompañadas de hiposmia. En este caso, los olores no se sienten y la capacidad de distinguir los aromas regresa solo después de que se elimina la causa del síntoma desagradable.

Enfermedad de varios órganos y sistemas.

Si el paciente no siente el gusto y el olfato simultáneamente, es probable que la causa de estos síntomas sea una enfermedad de los órganos no asociados con la nasofaringe. En este caso, se debe realizar un diagnóstico completo para descubrir la razón por la cual no hay sentido del olfato y no se siente el gusto. Entre las enfermedades más comunes con síntomas similares se encuentran la diabetes mellitus, un tumor en el lóbulo temporal del cerebro, hipertensión arterial y trastornos neurológicos.

¡Importante! La capacidad de percibir olores se puede reducir significativamente durante el embarazo, la menopausia y la pubertad. En tales situaciones, no es necesario tratar el síntoma ni con medicamentos ni con métodos quirúrgicos.

Diagnóstico

Para que el médico tratante pueda establecer la causa de la enfermedad, es necesario llevar a cabo una serie de procedimientos de diagnóstico. Muy a menudo, se requieren varios procedimientos estándar, como análisis de anamnesis, examen visual y análisis generales de sangre y orina. Además de los métodos de diagnóstico estándar, puede determinar el grado de reducción del sentido del olfato de la siguiente manera:

  • Investigue la sensibilidad de los receptores olfativos inhalando la solución olfativa.
  • Determinación de la agudeza de percepción de olores mediante el método de olfatometría. Como parte de este procedimiento de diagnóstico, se utiliza un dispositivo especial que contiene una cierta cantidad de sustancias olorosas suministradas a la cavidad nasal del paciente.
  • Se puede realizar un examen detallado de la cavidad nasal mediante un procedimiento como la rinoscopia. El estudio de la cavidad se realiza con espejos especiales y le permite determinar el estado de los tejidos y la membrana mucosa de la nasofaringe.
  • Además, antes de comenzar el tratamiento, el médico debe tomar una secreción líquida de la cavidad nasal para su análisis. El hecho es que a menudo los problemas con el sentido del olfato pueden estar asociados con la exposición a microorganismos patógenos, por ejemplo, con la rinitis atrófica. Este análisis ayudará a determinar el tipo de infección y prescribirá el tratamiento correcto.

Tratamiento

La selección de la terapia correcta para un trastorno de la capacidad de percibir olores debe basarse en combatir la causa del síntoma desagradable. El objetivo final del tratamiento debe ser la restauración completa de la capacidad olfativa. Sin embargo, como muestra la práctica, no siempre es posible restaurar completamente el sentido del olfato. Especialmente en situaciones en las que una lesión o anomalía congénita afecta las vías nerviosas, cuya función es transmitir una señal al centro olfativo del cerebro.

Terapia antibacteriana

Este tratamiento generalmente se usa cuando la pérdida del olfato es causada por una infección bacteriana. El uso de antibióticos sistémicos (Sumamed, Azitromicina, Augmentin) le permite eliminar la inflamación y detener el desarrollo de la enfermedad.Además, el uso de agentes antibacterianos locales en forma de aerosoles nasales (Fusafungin, Polydex con feniloefrina) tiene un efecto positivo.

Además, en la terapia compleja de infecciones bacterianas de la nasofaringe, es posible utilizar preparaciones a base de hierbas que ayuden a reducir la gravedad del proceso inflamatorio (Pinosol).

Lavar e hidratar la cavidad nasal con soluciones salinas (Aquamaris, Nosol), tiene un efecto antiinflamatorio, eliminando los microorganismos patógenos.

Terapia para reacciones alérgicas.

Si la rinitis alérgica es la causa de la secreción nasal y la pérdida del olfato, en este caso debe:

  • eliminar la causa del síntoma desagradable;
  • use un tratamiento local con aerosoles nasales antialérgicos (Nasobek, Ifiral);
  • tomar un antihistamínico en forma de gotas o tabletas (Suprastin, Zodak, Loratadin);
  • en situaciones difíciles, administre una inyección de glucocorticoides (prednisolona).

La causa más común de alergias es la inhalación de olores fuertes, aire polvoriento, polen o pelo de mascotas.

Para reacciones alérgicas frecuentes, la sensibilización del cuerpo es el tratamiento más eficaz. En este caso, hay una habituación gradual (durante varios meses) del sistema inmunológico al alérgeno.

Tratamientos quirurgicos

Se recurre a la intervención quirúrgica en casos extremos, cuando no hay acceso de aire a los conductos nasales y los métodos conservadores no producen el efecto deseado.

  • Los métodos quirúrgicos más populares en la actualidad son la terapia con láser. Para restaurar la función olfativa de la nariz, se utiliza la polipotomía nasal. Con este procedimiento, se eliminan los pólipos.
  • Además, con bastante frecuencia, con una ligera hipertrofia de la membrana mucosa de las cavidades nasales, se lleva a cabo el procedimiento para cauterizar la membrana mucosa con varios productos químicos (ácido tricloroacético, lapislázuli), corriente eléctrica.
  • En casos más graves, la vasectomía se utiliza para restaurar la capacidad olfativa. Esta operación se realiza con anestesia local.

La capacidad de distinguir entre los olores es una función importante del cuerpo humano. Para preservar el sentido del olfato y la capacidad de distinguir entre olores y sabores, es necesario cuidar el estado del cuerpo, previniendo la aparición de complicaciones graves y enfermedades crónicas.