Dolencias de garganta

Razones de los cambios en la voz y cómo curar los ligamentos

La disfonía se entiende como un cambio cualitativo en la voz, que puede ser tanto de origen orgánico como funcional. En la mayoría de los casos, los síntomas se deben a un proceso inflamatorio, infeccioso o neoplásico. En este caso, estamos hablando de la naturaleza orgánica de la derrota. Debe distinguirse de aquellas condiciones basadas únicamente en trastornos funcionales. Para prescribir el tratamiento correcto a un paciente, es necesario averiguar qué es la disfonía funcional, en qué se diferencia de la disfonía orgánica y qué síntomas se caracterizan.

Señales

Los principales signos que caracterizan la disfonía son:

  • ronquera;
  • ronquera;
  • fatiga por hablar;
  • transición a un susurro;
  • rango de voz disminuido;
  • tono dividido
  • confusión de habla;
  • cambio de tonalidad.

Con trastornos funcionales graves, procesos inflamatorios, tumores, se puede desarrollar una afección caracterizada por una ausencia completa de sonido, afonía. El habla susurrante también puede estar ausente.

Factores que contribuyen a la disfonía

El sonido es producido por una corriente de aire que sale de los pulmones y viaja a lo largo de la tráquea hasta la laringe. En este caso, las cuerdas vocales deben estar cerradas. Es durante su cierre y oscilación que surge una onda que provoca la formación de sonidos. Si se separan las cuerdas vocales, no se producirán vibraciones y no habrá voz. El desarrollo de un proceso patológico en los órganos involucrados en la reproducción del sonido conduce a la disfonía.

Las causas de la disfonía pueden variar. En el desarrollo de trastornos orgánicos, el papel principal lo desempeñan tales enfermedades:

  • laringitis;
  • laringotraqueítis;
  • procesos tumorales;
  • SARS y otras enfermedades infecciosas agudas.

Las causas más comunes de disfonía funcional son

  • enfermedades del sistema endocrino;
  • sobreesfuerzo del aparato muscular de las cuerdas vocales;
  • patología del sistema nervioso;
  • cirugía en el cuello;
  • estrés;
  • el uso de medicamentos.

Diagnósticos

La principal característica diagnóstica que permite distinguir entre la naturaleza orgánica y funcional de la disfonía son los resultados de la laringoscopia.

El uso de tales diagnósticos endoscópicos, especialmente la microlaringoscopia, puede revelar hiperemia y edema de las cuerdas vocales o de toda la laringe, la presencia de formaciones tumorales, lo que confirma la naturaleza orgánica de la lesión. La ausencia de cambios inflamatorios en presencia de trastornos en el trabajo del aparato ligamentoso testifica a favor de los trastornos funcionales.

La naturaleza funcional de los trastornos también se confirma por la duración de los síntomas. Si se observa un cambio en la voz durante muchos meses y, al mismo tiempo, el estado general sigue siendo el mismo, entonces esto es una evidencia a favor de la disfonía funcional. En casos dudosos, para aclarar la naturaleza de la lesión, se muestra la tomografía computarizada de la laringe, lo que permite determinar de manera más informativa los procesos tumorales.

Clasificación

Por la naturaleza de los trastornos funcionales, las disfonías son heterogéneas. Las formas más comunes son:

  • hipotónico
  • hipertónico
  • espástico;
  • mutacional.

La más común es la forma hipotónica, que se produce por una disminución del tono de los músculos que forman las cuerdas vocales. Como resultado de tales violaciones, la glotis no puede cerrarse por completo, lo que conduce al desarrollo de ciertos síntomas. La disfonía mutacional no se acompaña de cambios en el aparato ligamentoso. Se debe a los cambios hormonales que ocurren en los adolescentes. La disfonía hipertensiva se caracteriza por un aumento del tono de los músculos involucrados en la formación de la voz. En este caso, se llama la atención sobre la participación de los músculos del cuello en el proceso de fonación, lo que facilita el diagnóstico.

La disfonía espástica se considera una manifestación de un trastorno nervioso, aunque las razones de su desarrollo no se han aclarado de manera confiable. Como resultado de la lesión, se producen movimientos descoordinados de las cuerdas vocales, que se manifiestan por síntomas graves. Hay dos tipos de infracción. La disfonía espasmódica de tipo aductivo se caracteriza por un cierre excesivo de las cuerdas vocales durante la pronunciación de un sonido. La disfonía se caracteriza por una voz tensa, confusa y antinatural. Está presente una articulación pronunciada.

Al mismo tiempo, la disfonía espástica de tipo abductivo se caracteriza por una apertura de las cuerdas vocales. Clínicamente, esa voz es silenciosa. El proceso se caracteriza por un cambio regular de un tipo u otro en poco tiempo, incluso en un día. Tal curso del proceso tiene un efecto negativo en los contactos interpersonales del paciente, hay incomodidad al comunicarse con extraños y hablar en público es difícil.

Los síntomas severos y un curso severo de la patología obligan a los pacientes a consultar con los psiquiatras. Esto también se debe al hecho de que la disfonía espástica se caracteriza por un diagnóstico difícil. Objetivamente, los procesos patológicos solo se pueden detectar cuando las cuerdas vocales se mueven. En consecuencia, la laringoscopia indirecta, disponible en cualquier institución médica, será de poca información. Se recomienda realizar diagnósticos durante la reproducción del sonido, que es más conveniente de realizar durante el examen endoscópico.

Principios de tratamiento

Las causas de la disfonía pueden variar y no siempre son obvias. En este sentido, además de examinar al paciente por un otorrinolaringólogo, son necesarias las consultas de especialistas afines, un endocrinólogo, un neurólogo, un psiquiatra, un foniatra, un logopeda, etc. El tratamiento de la disfonía funcional debe ser integral. Los tratamientos incluyen

  • el uso de medicamentos;
  • actividades no relacionadas con las drogas;
  • cirugía;
  • el uso de la medicina tradicional.

La elección de un método de tratamiento depende de los cambios objetivos identificados, las manifestaciones clínicas, la gravedad de la afección, la edad del paciente y la necesidad de realizar tareas profesionales.

Existen ciertos requisitos para la prevención y el tratamiento de cualquier tipo de lesión y disfonía de las cuerdas vocales debido a un deterioro funcional:

  • eliminar los malos hábitos, el tabaquismo y el abuso del alcohol;
  • realizar una hidratación constante de la garganta, lo que previene el desarrollo de procesos inflamatorios;
  • evite la sobretensión de las cuerdas vocales, no grite, hable en un susurro durante mucho tiempo;
  • excluir de la dieta los alimentos picantes, picantes, demasiado calientes o fríos;
  • para reorganizar la patología de la garganta, así como las enfermedades acompañadas de reflujo gastroesofágico.

El uso de tratamiento farmacológico depende de la forma de disfonía funcional.

Con la disfonía hipotónica, el medicamento Proserin se usa en un curso corto, lo que mejora la contractilidad de los músculos lisos.

Se utilizan activamente vitaminas del grupo B. La disfonía mutacional causada por cambios relacionados con la edad en los adolescentes no necesita tratamiento adicional. Las principales medidas terapéuticas en este caso son las medidas preventivas y una actitud moderada hacia el trabajo del aparato vocal. La disfonía espástica es la forma de patología en la que se usa un agente bien conocido en cosmetología: la toxina botulínica, su forma inyectable, Botox.

Las medidas no farmacológicas utilizadas para la disfonía funcional son las siguientes:

  • procedimientos de fisioterapia;
  • acupuntura;
  • masaje en la zona del cuello;
  • ejercicios fonopédicos.

Amplipulse es el más extendido entre los procedimientos fisioterapéuticos. Con hipotonía muscular, la electroforesis con solución de Proserin y la electroestimulación con corrientes diadinámicas dirigidas específicamente a la región laríngea son efectivas.

Los ejercicios fonopédicos ayudan a enseñar al paciente la fonación en condiciones de trabajo insuficiente del aparato vocal. Esto se logra mediante numerosas repeticiones de ciertas combinaciones de sonidos, respiración y postura correctas. Con una disminución en el tono de los músculos de las cuerdas vocales, también se utilizan técnicas de hardware para mejorar la transmisión neuromuscular.

Con la disfonía hipotónica, el tratamiento quirúrgico también se usa con mayor frecuencia. La fonocirugía tiene dos direcciones: el efecto sobre las cuerdas vocales, así como la tiroplastia, en la que la intervención quirúrgica consiste en una operación sobre el cartílago de la laringe. Al realizar determinadas intervenciones sobre estas estructuras de la laringe, también mejora el cierre de las cuerdas vocales.

El tratamiento quirúrgico de las cuerdas vocales conlleva un alto riesgo, ya que puede provocar cicatrices y una mayor estenosis de la laringe.

En este sentido, la tiroplastia es un método de exposición más seguro. Sin embargo, debido a la complejidad de la intervención quirúrgica, la cuestión de la fonocirugía solo puede plantearse como resultado de la ineficacia de otros métodos de tratamiento.

La disfonía funcional se considera un proceso reversible. Sin embargo, una actitud de desatención ante este problema, el rechazo del tratamiento, puede conducir a un agravamiento de la situación y, como consecuencia, al desarrollo de lesiones orgánicas.