Enfermedades del oído

Tipos y tipos de pérdida auditiva

La discapacidad auditiva puede ser congénita o adquirida. Si no desaparece por sí solo en unos pocos días y requiere tratamiento, entonces se puede diagnosticar la pérdida de audición. Desafortunadamente, recientemente más y más personas están expuestas a esta enfermedad en un grado u otro. La medicina distingue varios tipos de pérdida auditiva, cada uno con su propio método de tratamiento.

Diagnóstico de la enfermedad

A primera vista, no hay nada más fácil que diagnosticar a una persona con pérdida auditiva; basta con que no oiga bien. Pero es muy posible que la razón de esto fuera un tapón de azufre banal, que bloqueaba el canal auditivo y reducía la conductividad del sonido. E inmediatamente después de su eliminación, la audición se restablece por completo. Si el tapón de azufre es denso y está profundamente asentado, solo un médico puede detectarlo y retirarlo sin riesgo de dañar el oído.

Por lo tanto, cuando se trata de quejas de mala audición, en primer lugar, se realiza un examen completo del oído del paciente. Si no se encuentra un tapón de azufre, se realiza una prueba de diapasón, que ayuda a averiguar si la persona puede determinar correctamente de qué lado proviene el sonido. Y también lo que se siente mejor: sonido o vibración. La pérdida auditiva bilateral significa que una persona tiene dificultades para oír en ambos oídos. Cuando es unilateral, uno de los órganos está completamente sano.

Luego se realiza la audiometría de umbral: se determina el rango de frecuencia en el que el paciente escucha o no escucha los sonidos. Y la prueba final, medición de impedancia, el médico descubre qué partes del audífono están afectadas por la enfermedad, si hay agua en el oído y / o procesos inflamatorios activos.

Después de la investigación, el médico puede diagnosticar con confianza la pérdida de audición, los tipos y el grado de la enfermedad y solo entonces prescribir el tratamiento adecuado.

Tipos de hipoacusia

Los tipos de pérdida auditiva se clasifican según dos parámetros principales: los signos de daño auditivo y el método de adquirir la enfermedad. Dependiendo de qué partes del oído estén dañadas, se puede diagnosticar lo siguiente:

  • Pérdida auditiva neurosensorial: que surge de lesiones o enfermedades del oído interno (cóclea). La mayoría de las veces, esto es el resultado de complicaciones después de enfermedades graves, una consecuencia de tomar antibióticos fuertes o uno de los síntomas del desarrollo de un tumor cerebral. Con esta enfermedad, se altera la percepción normal del sonido, e incluso si se excede ligeramente el umbral de sensibilidad, se produce un dolor agudo y severo.
  • La hipoacusia conductiva se diagnostica con lesiones y enfermedades del oído medio. Con él, la conductividad del sonido se altera y no llega al tímpano. Muy a menudo, la enfermedad se presenta con otitis media, especialmente otosclerosis crónica y purulenta. A veces, la causa es un endurecimiento del tímpano o daño a los huesecillos. Puede ser unilateral y bilateral.
  • La hipoacusia mixta se diagnostica con la presencia simultánea de síntomas de hipoacusia conductiva y neurosensorial. Este es el tipo de pérdida auditiva más difícil, ya que requiere un tratamiento complejo y a largo plazo.

Cuanto antes se detecte la enfermedad y se inicie el tratamiento, mayor será la probabilidad de una recuperación completa. Los síntomas de pérdida auditiva neurosensorial aguda son pronunciados: pérdida auditiva significativa, tinnitus, mareos, alteración de la coordinación de los movimientos, dolor con sonidos agudos. Si aparecen dentro de varios días sin motivo aparente, debe consultar inmediatamente a un médico para prevenir el desarrollo de la enfermedad.

Según el método de adquisición de la enfermedad, existen:

  • Pérdida auditiva congénita: cuando un niño ya nació con pérdida auditiva parcial o completa. Dicha pérdida de audición se hereda o se desarrolla en el feto debido a anomalías en el curso del embarazo o la toma de antibióticos en las primeras etapas.
  • Adquirido: se desarrolla en una persona sana bajo la influencia de factores externos o internos: condiciones ambientales negativas, lesiones, enfermedades pasadas, medicamentos, etc. Es este tipo de pérdida auditiva el que se trata mejor en las primeras etapas.
  • Pérdida auditiva senil: se desarrolla como resultado de cambios irreversibles relacionados con la edad. Es imposible curarlo por completo, pero la medicina moderna es bastante capaz de ralentizar el desarrollo de la enfermedad. Es posible compensar la pérdida auditiva senil con la ayuda de audífonos modernos.

Con una pérdida auditiva severa, a una persona incluso se le asigna un grupo de discapacidad, ya que no puede llevar una vida normal; le resulta difícil comunicarse con los demás, navegar por la calle y realizar algunos tipos de trabajo.

Si la pérdida auditiva neurosensorial es bilateral y significativa, la cirugía puede ser útil. Pero esta es una intervención seria y solo un médico calificado puede tomar una decisión sobre su conveniencia.

Medidas de prevención

La pérdida auditiva es una enfermedad grave y de progresión bastante rápida que, en última instancia, puede conducir a una pérdida auditiva completa. Por lo tanto, si nota una pérdida auditiva repentina y persistente, lo mejor es consultar a un médico de inmediato.

Además, en la vida cotidiana, vale la pena tomar medidas preventivas simples que reduzcan significativamente el riesgo de desarrollar la enfermedad:

  • evite la hipotermia prolongada del cuerpo y los oídos;
  • evite corrientes de aire y vientos fuertes;
  • trate de no estar en una habitación con sonidos muy fuertes durante mucho tiempo;
  • no corra ninguna enfermedad viral e infecciosa;
  • no escuche música demasiado fuerte a través de auriculares;
  • no tome antibióticos sin receta médica y no exceda la dosis prescrita;
  • Siga cuidadosamente las reglas de higiene personal y limpie sus oídos con regularidad.

Un factor de riesgo adicional es el uso de drogas y grandes dosis de alcohol. Las enfermedades de transmisión sexual graves también pueden causar complicaciones en los oídos. Por tanto, la mejor prevención es un estilo de vida saludable y acudir al médico ante los primeros signos de patología auditiva.