Enfermedades del oído

El tímpano está retraído

El tímpano es una placa delgada (0,1 mm) de tejido conectivo que separa el oído medio y externo. Si el tímpano está retraído, las causas deben buscarse en los procesos inflamatorios de la trompa auditiva (Eustaquio), que conecta la cavidad timpánica y la nasofaringe. Tanto los niños como los adultos son susceptibles a esta enfermedad.

Causas de ocurrencia

La trompa de Eustaquio es un canal que equilibra la presión dentro del oído con la presión atmosférica, que es un requisito previo para el funcionamiento normal del audífono. Dado que el ancho del pasaje es de solo 2 mm, cualquier proceso inflamatorio de sus paredes bloquea el pasaje, interrumpe la función de drenaje y desencadena la inflamación catarral. Esta enfermedad se llama eustaquitis o tubo-otitis y puede ser aguda o crónica.

La principal causa de tubo-otitis aguda es la propagación de la infección desde el tracto respiratorio superior y la nasofaringe hacia las membranas mucosas del tubo auditivo en tales enfermedades:

  • angina de pecho;
  • gripe;
  • ARVI;
  • faringitis o rinitis;
  • tos ferina;
  • sarampión;
  • escarlatina;
  • Mononucleosis infecciosa.

Los agentes causantes de la enfermedad son estafilococos, estreptococos y virus, así como neumococos en niños.

Con menos frecuencia, es causada por infecciones fúngicas, alergias (fiebre del heno, rinitis alérgica) y microflora específica (sífilis, tuberculosis).

El desarrollo de la eustaquitis crónica se debe a la presencia de procesos inflamatorios en la nasofaringe, que son permanentes:

  • sinusitis y rinitis crónicas;
  • amigdalitis;
  • adenoides.

El paso de aire complicado debido a la curvatura del tabique nasal o neoplasias benignas en la faringe y la cavidad nasal (pólipos, adenoides, cicatrices, tumores) también contribuye al inicio de la enfermedad.

Desarrollo y síntomas principales

Debido a una violación de la permeabilidad de la trompa de Eustaquio (parcial o completa), hay una violación o cese de su ventilación. La membrana timpánica retraída indica que el aire que queda en la cavidad interna ya ha sido absorbido y la presión en ella se ha reducido. Esto lleva al hecho de que un trasudado con fibrina y proteína (de color amarillento o verdoso) se introduce en la cavidad. Complica el movimiento de los huesecillos y la membrana y conduce a una pérdida de audición de hasta un tercio de la norma. Posteriormente, los neutrófilos y linfocitos pueden ingresar a la cavidad, lo que puede provocar inflamación.

Dichos procesos se convierten en requisitos previos para la forma catarral de la otitis media con el riesgo de volverse purulenta, especialmente en personas con inmunidad reducida. Esto está plagado de la aparición de adherencias (otitis media adhesiva), un fuerte deterioro de la audición y la necesidad de una operación compleja o un audífono.

Los principales síntomas de la tubo-otitis pueden ser bilaterales o manifestarse en un oído:

  • pérdida de la audición;
  • pesadez en la cabeza;
  • congestión del oído;
  • autofonía (el eco de su propia voz) y tinnitus;
  • a menudo se siente la transfusión de líquidos;
  • depósitos de cal y sal;
  • adelgazamiento del dintel.

Los cambios en la presión del aire dentro de la cavidad provocan sensaciones dolorosas, una sensación de presión y distensión en el oído. El paciente no tiene otras sensaciones negativas y fiebre. A veces, cuando bostezas o tragas saliva, tu audición mejora por un tiempo.

La razón de esto es un aumento de la luz del tubo con la contracción de los músculos correspondientes.

La forma aguda de la enfermedad puede convertirse en crónica, cuyas características son períodos de exacerbación y remisión. Al mismo tiempo, el diámetro de la tubería disminuye constantemente, lo que conduce a la adherencia de sus paredes y a la presencia de síntomas constantes de eustaquitis.

Diagnósticos

El diagnóstico se establece en base al historial médico y exámenes adicionales, en particular:

  • otoscopia y microotoscopia (inspección visual mediante sistemas especiales);
  • audiometría (determinando el nivel de pérdida auditiva en ciertas frecuencias);
  • medición de impedancia acústica (detectando el cumplimiento del puente para determinar la presencia de líquido detrás de él);
  • investigación utilizando un diapasón.

Con la otoscopia, se observa un proceso claramente distinguido del martillo, así como una membrana timpánica retraída, cuyas causas y tratamiento están determinados por métodos objetivos y subjetivos.

Vías subjetivas:

  • Muestra de garganta vacía. El paciente inhala profundamente.
  • Prueba de Toynbee. Lo mismo, pero con las fosas nasales pinzadas.
  • Prueba de Valsalvi. Se toma una respiración profunda, se cierra la boca, se pellizca la nariz y se hace una exhalación.

Método objetivo: soplar a través de la trompa de Eustaquio y medir el resultado obtenido mediante audiometría y otoscopia. Si, después de soplar, la audición mejora y la retracción de la membrana se debilita, entonces la causa de los problemas está en el canal auditivo.

Además, se toma un hisopo de garganta para identificar la microflora patógena y determinar los antibióticos necesarios para combatirla.

Tratamiento de la enfermedad

Al tratar la eustaquitis, se llevan a cabo medidas terapéuticas complejas, que incluyen varias áreas:

  1. Eliminación de la fuente principal de la enfermedad que causó la violación de la permeabilidad del tubo auditivo:
    • terapia con antibióticos;
    • amigdalectomía, extirpación de adenoides;
    • corrección del tabique nasal;
    • extirpación de tumores;
    • restauración de la respiración nasal completa.
  2. Eliminación de hinchazón, inflamación o reacción alérgica:
    • fármacos vasoconstrictores en la nariz (vibrocil, sanorin, nasol, nasivin);
    • antihistamínicos orales (desloratadina, suprastina, claritina).
  3. Restauración auditiva y prevención del desarrollo de la pérdida auditiva:
    • la introducción de una solución de epinefrina o hidrocortisona usando un catéter en la cavidad timpánica;
    • masaje neumático;
    • fisioterapia (OVNI, UHF, terapia con láser, estimulación eléctrica muscular).

Para evitar que el moco infectado de la nasofaringe llegue al oído, no se recomienda al paciente que se suene la nariz con fuerza. Las asignaciones deben eliminarse sin estrés.

Si la ayuda conservadora no produjo el efecto deseado, se realiza una punción de la membrana y el drenaje de la cavidad. En casos más graves, se realiza una cirugía de bypass. La cavidad timpánica se lava a través de la derivación.

Masaje neumático como parte de la terapia.

El masaje neumático generalmente se usa en la etapa catarral de la enfermedad o en la etapa de recuperación. Se puede realizar en un hospital o en casa.

En los departamentos de otorrinolaringología, se utilizan los siguientes:

  • aparato "APMU-Compressor", que presiona el saltador con la ayuda de impulsos de baro;
  • Balón Politzer (pera de goma con tubo), donde el impacto se realiza mediante presión manual de aire.

En casa, siguiendo las instrucciones del otorrinolaringólogo, los pacientes realizan un neumomasaje manual. Las técnicas más comunes son:

  • Cierre las orejas con fuerza y ​​presione ligeramente las conchas, creando presión de aire. Realice 10 prensas 1-3 veces al día. escortnavi
  • Después de una exhalación profunda, inserte los dedos índices en los canales auditivos, muévalos suavemente y luego sáquelos bruscamente.
  • Después de respirar profundamente, pellizque sus fosas nasales y cierre la boca. Intente exhalar por la nariz con esfuerzo, luego trague aire. Esta es una opción casera para soplar el canal auditivo.